Santiago.- El Gobierno de Suecia investigará unas 2.000 adopciones irregulares de niños chilenos durante la dictadura de Augusto Pinochet en Chile tras una publicación en el diario sueco Dagens Nyheter, que revela la colaboración entre el régimen pinochetista y nazis suecos.
El artículo se basa en la investigación «Niños chilenos adoptados por familias suecas. Proximidad diplomática en tiempos de Guerra Fría (1973-1990)». RFI habló con una de sus autoras, la historiadora chilena Karen Alfaro Monsalve.
Cientos de madres jóvenes y pobres fueron obligadas en Chile a dar a sus hijos en adopción.
Para el diario sueco Dagans Nyheter, se trataba de adopciones irregulares e inmorales, pero Karen Alfaro Monsalve, historiadora y profesora de la Universidad Austral de Chile, estima que “todos estos conceptos como irregulares o ilegales son eufemismos.
En rigor, algunas fueron legales: hay documentación de jueces, hay firmas legales, pero son adopciones forzadas porque no fueron consentidas por parte de las familias biológicas. Fueron adopciones forzadas, principalmente de niños pobres, con motivos políticos, diplomáticos, y fueron una forma de control y regulación de la población pobre durante la dictadura militar”.
“Operaban principalmente inhabilitando a familias pobres, fundamentalmente madres jóvenes, entre 14 y 18 años, la mayoría madres solteras. Les sustraían a sus hijos durante el parto o una vez que ellos estaban en una guardería infantil, o cuando las ingresaban por un problema médico a algún hospital público. Y entonces había un entramado de funcionarios públicos, asistentes sociales, médicos, jueces, abogados que facilitaban la adopción”, detalló.
Pero también hay noticias de prensa que dan cuenta de robos o secuestros de niños en plena calle: “Incluso en la Araucanía, se dijo que furgones de carabineros estaban involucrados en la recogida de niños”.
Según la historiadora, el objetivo de estas adopciones forzadas es un control de la población: “Una de las primeras tareas de la dictadura es cuantificar a los pobres. Los pobres fueron, además de contados, criminalizados, y había un número importante de niños que ellos consideraban como una especie de excedente y de problemática para el desarrollo del país.
Es una forma de reubicar a niños pobres en familias extranjeras porque el Estado hubiera tenido que hacerse responsable de ellos, y el Estado no estaba dispuesto a invertir en la infancia pobre”, comentó.
La investigación también adució un objetivo geopolítico, especialmente tras el gobierno sueco del primer misntro Olof Palme, enemigo número uno del régimen militar y aliado de los exiliados políticos tanto de Chile como de las otras dictaduras del Cono Sur.
“Las adopciones permitían una proximidad diplomática, especialmente para los países donde había un quiebre en las relaciones diplomáticas por el juicio contra las violaciones a los derechos humanos. Estas adopciones se dan principalmente en aquellos países que habían recibido un número importante de exiliados chilenos”, recalcó Karen Alfaro Monsalve. (RFI)