Al menos 19 personas murieron y otros 27 heridos, la mayoría estudiantes, como resultado de una explosión atribuida a un ataque con bomba contra un centro educativo en la ciudad afgana de Kabul, según informaron fuentes policiales.
El incidente ha tenido lugar en la zona Dasht e Barchi, en el oeste de la capital afgana, donde residen buena parte de las comunidades minoritaria hazara y chií de la ciudad, según ha informado el Ministerio del Interior afgano.
“Un centro educativo llamado ‘Kaj’ en el distrito 13 de la ciudad de Kabul, que estaba realizando el examen de ingreso ayer, ha sido atacado. Lamentablemente, la información preliminar muestra que 19 personas perdieron la vida y otras 27 resultaron heridas”, ha detallado el portavoz de la Policía de Kabul, Jalid Zadran.
“Se condenan los ataques contra objetivos civiles que demuestren la brutalidad del enemigo”, ha añadido el portavoz de la Policía, poco antes de que el gobierno talibán concretara que la explosión había sido provocada por un artefacto explosivo, sin dar de momento más información sobre la naturaleza exacta del ataque.
De momento, tanto los talibán como la comunidad internacional han repudiado el enorme horror de este nuevo atentado contra las minorías que residen en el oeste de la capital, según ha descrito el viceministro de Información talibán afgano, Zabibulá Muyahid. “Comparto con las familias de las víctimas su profundo sentimiento de dolor y tomaremos las medidas necesarias para sancionar a los autores de este hecho”, ha manifestó.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha declarado su consternación ante un atentado atroz. “La violencia dentro o en torno a los centros educativos nunca es aceptable. Dichos lugares deben ser remansos de paz donde los niños y niñas puedan aprender, estar con sus amigos y sentirse seguros mientras desarrollan habilidades para su futuro”, según la agencia.
“Los niños, niñas y adolescentes no son, y nunca deben ser, objetivos de la violencia. Una vez más, UNICEF recuerda a todas las partes en Afganistán que se adhieran y respeten los Derechos Humanos, y garanticen la seguridad y protección de todos los niños, niñas y jóvenes”, añade el fondo.
También la Misión de la ONU en Afganistán, la UNAMA, ha repudiado este ataque despiadado, como lo ha hecho igualmente la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en el país centroasiátco, Karen Dicker. “Marcar como objetivo un aula repleta de estudiantes que están realizando un examen es un acto vergonzoso y todos los alumnos deberían estudiar en una atmósfera tranquila, sin miedo ni ansiedad”, ha asegurado en un comunicado.
Hasta ahora ningún grupo ha asumido la responsabilidad del ataque, pero la explosión encaja con el modus operandi de la organización yihadista Estado Islámico, que tiene al oeste de Kabul y a su población chií y hazara como objetivos habituales de sus atentados en la capital afgana.
En el capítulo de ONG, Amnistía Internacional ha caracterizado el ataque como un atentado suicida y ha pedido a las autoridades talibán que efectúen una investigación independiente de lo ocurrido. El director para Afganistán del Consejo Noruego para los Refugiados (CNR), Neil Turner, recuerda que este ataque tiene lugar solo unos pocos meses después del que se cometió contra el instituto masculino de Abdul Rahim Shahid, en el mismo vecindario.
«Hacemos un llamamiento a las autoridades de Afganistán para garantizar que las instalaciones educativas están protegidas contra amenazas y ataques, y para que las niñas y los niños puedan disfrutar plenamente de sus derechos a la educación», ha pedido Turner. (Europa Press).