Las protestas y manifestaciones, a menudo lideradas por mujeres, suponen un reto para el nuevo Gobierno islamista talibán, que trata de consolidar su control tras tomar la capital, Kabul, hace casi un mes.
«Hemos visto una reacción de los talibanes que, por desgracia, ha sido severa», dijo Ravina Shamdasani, portavoz de derechos de la ONU, en una sesión informativa en Ginebra, en la que afirmó que Naciones Unidas había documentado la muerte de cuatro manifestantes por disparos.
Sin embargo, dijo que algunas o todas pueden haber sido resultado de los esfuerzos por dispersar a los manifestantes con disparos.
Añadió que las Naciones Unidas también habían recibido informes de registros casa por casa de quienes participaban en las protestas. Los periodistas que cubren las protestas también han sido intimidados.
«En un caso, se informó de que a un periodista le dijeron, mientras le daban una patada en la cabeza, ‘tiene suerte de que no le hayan decapitado'», dijo Shamdasani. «Realmente ha habido mucha intimidación a los periodistas que simplemente intentan hacer su trabajo». (Reuters)