Durante años los opositores del país miembro de la OPEP demandan elecciones libres y democráticas como forma de salir de la crisis económica y sustituir al gobierno del presidente Nicolás Maduro, cuya reelección en 2018 fue vista por Washington y los países occidentales como una farsa.
En medio de la crisis desatada con la invasión de Rusia a Ucrania, funcionarios estadounidenses se reunieron el sábado en Caracas con Maduro, un aliado del presidente ruso Vladimir Putin, planteando que Venezuela suministre al menos una parte de las exportaciones de petróleo a Estados Unidos como parte de cualquier acuerdo para aliviar las sanciones comerciales que pesan sobre el país miembro de la OPEP.
«Todo levantamiento de sanciones debe estar condicionado a avances reales hacia la transición a la democracia y la libertad de Venezuela y tiene que traducirse en soluciones directas para la vida de los venezolanos», dijo Guaidó en un comunicado.
El opositor reiteró la disposición que «ha sido permanente y pública para retomar el proceso de negociaciones en México cuanto antes», en diálogos que fueron suspendidos en octubre pasado y en cuya agenda la oposición venezolana tenía como prioridad la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales.
Tras la visita de la delegación estadounidense, Maduro también manifestó su disposición a reactivar un diálogo nacional, pero aún no se ha anunciado una fecha.
Venezuela liberó el martes por la noche a dos ciudadanos estadounidenses encarcelados, un aparente gesto de buena voluntad hacia la administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, luego de la visita a Caracas de su delegación.
Uno de los presos liberados fue Gustavo Cárdenas, uno de los seis exejecutivos petroleros de Citgo arrestados en 2017 y condenados por cargos que, según Washington, fueron fabricados. El otro es un cubanoamericano, identificado como Jorge Alberto Fernández, detenido por cargos no relacionados.
«Esta noche, dos estadounidenses que fueron detenidos injustamente en Venezuela podrán abrazar a sus familias una vez más», dijo Biden en un comunicado. «Estamos trayendo a Gustavo Cárdenas y Jorge Fernández a casa», agregó. (Reuters)