«Cuando estábamos en la carpa de anuncios fuera del escenario, yo era parte de una conversación. Estaba cerca de una conversación en la que escuché al presidente decir algo como: ‘No me importa una mierda que tengan armas. No están aquí para lastimarme'», explicó en su declaración, según ha recogido la cadena NBC News.
Por ello, Trump instó en esos momentos al Servicio Secreto a retirar los magnetómetros de seguridad. Hutchinson también ha relatado otros momentos en los que el expresidente, en este ambiente de violencia y caos, arrojó un plato de comida a la pared después de que el Departamento de Justicia rechazara las acusaciones de fraude electoral generalizado, según ha recogido Politico.
Hutchinson también ha dicho que estuvo «asqueada» por el mensaje de Trump contra el vicepresidente Mike Pence durante los disturbios, en el que el expresidente aseguró en su perfil oficial de Twitter que este «no tenía el coraje para hacer lo que debía hacer» en el marco de la teoría del fraude electoral.
La asistente de la Administración Trump también describió una reunión con Meadows y un alto funcionario del Servicio Secreto, Tony Ornato, quien se desempeñó como subjefe de gabinete de operaciones en la Administración Trump, en la que se advirtió sobre la potencial violencia durante aquellos días.
En concreto, se hizo hincapié en los «cuchillos, armas en forma de pistolas y rifles, aerosoles para osos, chalecos antibalas, lanzas y astas de bandera», aunque Meadows parecía distraído mientras Ornato enumeraba dichas preocupaciones.
Sin embargo, días después, el 2 de enero, Meadows aseguró, tal y como ha narrado la asistente ante el comité de la Cámara de Representantes en esta sexta audiencia, que «las cosas podrían ponerse muy, muy mal», tal y como ha recogido la cadena CNN.
Hutchinson también ha trasladado al comité que la hija mayor de Trump, Ivanka, quería que el expresidente tomara medidas para sofocar la violencia durante el mítin del 1 de enero en el marco de la insurrección que se preparaba aquellos días.
Pese a los actos violentos, la asistente ha agregado en su testimonio que Meadows, así como el expresidente, alentaron el lenguaje del perdón durante el discurso que dio Trump el 7 de enero, tras la turba que arrasó el Capitolio, aunque los abogados de la Casa Blanca disuadieron al expresidente de incluir este tipo de enfoque. (Europa Press)