Después de casi seis meses sin distribuir pollo en ninguna carnicería de Santiago de Cuba, el Gobierno comenzó a vender una libra del producto y anunció que la próxima entrega se limitará a solo 345 gramos por persona en los municipios, excepto en la capital de la provincia.
En medio de la escasez de alimentos, agravada por la disminución de importaciones y problemas logísticos, el Gobierno Provincial señaló en un programa informativo especial en Turquino TV que la distribución comenzaría esta semana en el municipio de Santiago de Cuba.
Diario De Cuba pudo confirmar la entrega de pollo a los establecimientos estatales el martes, en medio del malestar popular y operativos policiales alrededor de los camiones de carga involucrados en la distribución.
En el programa televisivo autoridades confirmaron que un barco con suministros de pollo llegó al puerto santiaguero. Según señalaron, la carga cubrirá a toda la población en la provincia y además alcanzará para vender dos libras adicionales a las mujeres embarazadas y se «garantizarán las dietas especiales para 173 niños con enfermedades crónicas».
«En octubre no distribuyeron ningún producto de la canasta básica, incluida la leche de los niños y las dietas médicas. Para evitar que la gente se vuelva a manifestar, el martes a las 18:00 horas comenzaron a distribuir una libra de pollo por consumidor en las más de 1.700 bodegas de la provincia. Los camiones llegaron custodiados por las tropas especiales, carros de policía y oficiales del DTI (Departamento Técnico de Investigación) y la Seguridad del Estado», relataron residentes santiagueros a este periódico.
«Daba vergüenza. Los militares no podían contener al pueblo, aunque prometían que las tiendas y los supermercados no cerrarían hasta que todo el mundo accediera al producto. Hace casi seis meses no distribuían ni pollo, ni huevo, ni mortadela en ninguna carnicería», sostuvo un residente en Santiago que no mencionó su nombre.
«Lo de esta ciudad es criminal», agregó. Considero «un intento desesperado» el hecho de que también distribuyeron gas licuado, cuya venta se paralizó hace más de un mes.
Diario De Cuba pudo comprobar cómo, bajo torrenciales aguaceros, apagones de más cinco horas, sin agua en muchos apartamentos, residentes del distrito José Martí de la capital provincial, entre ellos embarazadas, ancianos y mujeres con sus hijos en brazos, escenificaron riñas en los puntos de venta para alcanzar pollo o gas licuado. Este último producto comenzó a llegar a los puntos pasadas las 12 de la noche del martes.
En los barrios conocidos como micro 9, micro 8 y micro 7 la Policía se desplazó en la madrugada de ayer para las bodegas y los puntos de gas.
«La gente se indigna porque hace días en los mercadillos el estado está vendiendo la libra de arroz a 200 pesos y en los mercados el carbón a 500 y 700 pesos, mientras que la gente no tiene que comer y cómo cocinar los pocos alimentos que tiene», sostuvo otro residente.
Ayer en la madrugada también se vivió un ambiente muy tenso en los repartos Abel Santamaría, Marimón, Agüero y el nuevo Vista Alegre. (DDC)