No quiero que pierda Bolivia, pero quiero que gane Messi. Quiero que a Bolivia le vaya bien siempre y en todo –por supuesto–, pero el fútbol no es una guerra ni una bandera, es un juego. Y en el fútbol yo soy de Messi. Decir esto no es políticamente correcto, pero es que el fútbol no es política, es deporte. No se ocupan territorios ni toman riquezas ni se somete a poblaciones.
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