Antes de su descenso del avión, los pilotos mostraron desde la cabina una bandera Argentina y otra española. Sobre la pista, el Rey fue recibido por la embajadora de España en Argentina, María Jesús Alonso.
El monarca mantendrá sendos encuentros con el presidente saliente, Alberto Fernández, y con el entrante, Javier Milei, como suele ocurrir en este tipo de desplazamientos.
Don Felipe fue tradicionalmente quien representó a España en este tipo de actos desde 1996, primero como Príncipe de Asturias y luego ya como Rey. Este año ya estuvo el 1 de enero en la toma de posesión de Luiz Inazio Lula da Silva en Brasil y en agosto se desplazó a Paraguay para la de Santiago Peña.
El Rey viaja siempre acompañado por un miembro del Gobierno, por regla general el ministro de Asuntos Exteriores, pero ya en el pasado hubieron otras ocasiones en las que fue el responsable de Iberoamérica en el Ministerio quien lo hizo, la última vez precisamente el pasado agosto.
En esta ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tiene que presidir el lunes en Bruselas el último consejo europeo de Exteriores de la Presidencia española.
Don Felipe coincidirá en la capital argentina con varios mandatarios de la región que confirmaron su asistencia, entre ellos los que figuran los presidentes de Chile, Uruguay o Paraguay, así como con el líder de Vox, Santiago Abascal, quien mantiene una estrecha relación con Milei y fue invitado por este.
SIN FELICITACIÓN
OFICIAL A MILEI
El hecho de que el Ejecutivo no hubiera felicitado expresamente al candidato ultraliberal por su victoria en segunda vuelta frente al candidato peronista, Sergio Massa, al que brindó su respaldo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había generado especulaciones sobre si el Rey acudiría a su toma de posesión.
Tras ser elegido presidente Milei el pasado 19 de noviembre, el Ministerio de Asuntos Exteriores publicó un comunicado en el que deseaba «éxito» a los argentinos en la «nueva etapa» que se inicia tras haberse pronunciado «democráticamente».
En este sentido, defendió que los intereses compartidos entre los dos países y la intensa relación histórica entre ambas sociedades debe ser la base de la agenda entre ambos gobiernos en la que España se propone seguir trabajando. (Europa Press)