El Papa Francisco animó ayer al “amado” pueblo de Nicaragua a renovar su “esperanza” en Jesucristo, en medio de unas tensas relaciones con el régimen de Daniel Ortega y el encarcelamiento y expulsión de sacerdotes.
“Al amado pueblo de Nicaragua animo a renovar vuestra esperanza en Jesús, recordad que el Espíritu Santo guía siempre la historia hacia proyectos más altos”, dijo el Pontífice argentino tras el rezo del Ángelus dominical desde la ventana del Palacio Apostólico.
Y agregó: “Que la Virgen Inmaculada los proteja en los momentos de prueba y les haga sentir su ternura materna. Que la Virgen acompañe al amado pueblo de Nicaragua”.
Las relaciones del régimen de Ortega y la Iglesia Católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
Un total de 245 religiosos han sido obligados al exilio o fueron expulsados de Nicaragua desde que estalló la crisis social y política en abril de 2018, según el estudio “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?”, de la investigadora exiliada Martha Patricia Molina.
En agosto de 2023, Ortega ordenó la disolución en el país de la Compañía de Jesús, los jesuitas, orden a la que pertenece el propio Papa Francisco, además de expropiar todo su patrimonio.
Meses antes, el Pontífice había arremetido contra el régimen de Ortega calificándolo en una entrevista con Infobae de “dictadura grosera”, luego de la condena del obispo Rolando Álvarez. Tras esas declaraciones, la dictadura rompió relaciones con el Vaticano.
El régimen nicaragüense ha acordado con la Santa Sede, la liberación de determinados clérigos presos en el país y su traslado al Vaticano, como fue el caso en enero de los obispos Álvarez e Isidoro Mora, así como otros 15 curas y dos seminaristas.
La última liberación y destierro fue el pasado 18 de agosto, de los sacerdotes Leonel Balmaceda y Denis Martínez, que habían sido detenidos una semana antes.
Además, el pasado lunes Nicaragua canceló la personería jurídica a 1.500 asociaciones que funcionaban como organismos sin fines de lucro, entre ellas varias organizaciones católicas.
Nicaragua atraviesa una crisis desde abril de 2018 que se ha acentuado después de las elecciones de noviembre de 2021, por las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
No es la primera vez que el Papa Francisco alude a la situación en Nicaragua y el pasado 1 de enero, en el primer Ángelus del año, expresó públicamente su “preocupación” por el arresto de clérigos católicos y reclamó buscar “siempre el camino del diálogo”. (Infobae)