El Papa pidió a la Iglesia belga que ofrezca “toda la ayuda posible” a las víctimas de abusos sexuales del clero para que puedan recuperarse, después de que su reunión de más de dos horas con 17 de ellas, le contaron en primera persona el trauma sufrido.
Por ello, Francisco pidió que se haga sentir a las víctimas de abusos “cercanía y ofrecerles toda la ayuda posible, para aprender de ellas”, durante el encuentro con el clero del país en la basílica del Sagrado Corazón Koekelberg de Bruselas.
Durante esa reunión, Mia De Schamphelaere, representante de centros de acogida para víctimas de violencia sexual en la región belga de Flandes (al norte del país), cuestionó al Papa sobre cómo la iglesia gestionó este asunto.
“¿Cómo puede la Iglesia ver, reconocer y aprender de las heridas de los supervivientes? ¿Cómo podemos construir una cultura eclesial en la que todos, jóvenes y mayores, hombres y mujeres, se sientan seguros y protegidos?”, se preguntó.
En su respuesta, el Papa enfatizó la importancia de escuchar “el sufrimiento de las víctimas”, para (…) “hacerles sentir nuestra cercanía y ofrecerles toda la ayuda posible, para aprender de ellos a ser una iglesia que sirve a todos sin dominar a nadie”.
“Una de las raíces de la violencia es el abuso de poder, cuando utilizamos los roles que tenemos para aplastar a otros o manipularlos”, agregó. Además, reconoció las “heridas atroces” que causaron los abusos en las víctimas.
La visita de Francisco a Bélgica estuvo marcada por el escándalo de los abusos, y tanto el Rey como el primer ministro del país denunciaron ante el Pontífice esta lacra de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes de la Iglesia católica así como el encubrimiento de estos delitos durante décadas. (Europa Press)