Griffiths manifestó que la carnicería en Gaza alcanza cada día nuevos niveles de horror y lamentó que el mundo mira impactado cómo los hospitales son atacados, cómo mueren bebés prematuros y cómo una población es privada de los medios básicos para su supervivencia.
«Esto no puede continuar. Las partes en conflicto deben respetar el Derecho Internacional Humanitaria, acordar un alto el fuego humanitario y detener los combates», manifestó, a tiempo de pedir a las partes, a todos los que tienen influencia sobre ellas y a la comunidad internacional en general que hagan todo lo posible para apoyar y aplicar su propuesta de plan.
La misma incluye diez puntos, entre ellos facilitar los esfuerzos de las agencias de ayuda para entregar un flujo continuo de convoyes de ayuda, de forma segura, abrir pasos fronterizos adicionales para la entrada de camiones comerciales y con ayuda, incluido el de Kerem Shalom, y permitir a la ONU, otras organizaciones humanitarias y entidades públicas y privadas acceder a combustible en cantidades suficientes para entregar ayuda y dar servicios básicos.
Griffiths recalcó que otros puntos son permitir a organizaciones humanitarias que entreguen ayuda a Gaza sin impedimento o interferencias, que se permita expandir el número de refugios seguros para desplazados en escuelas y otras instalaciones públicas en Gaza, así como garantizar que son zonas seguras durante las hostilidades y mejorar el mecanismo de notificación humanitaria para ayudar a evitar ataques contra civiles e infraestructuras civiles.
«Permitan que establezcamos puntos de distribución de ayuda para civiles, en línea con las necesidades. Permitan que los civiles se muevan a zonas seguras y que vuelvan de forma voluntaria a sus residencias. Financien la respuesta humanitaria, que ahora asciende a 1.200 millones de dólares (cerca de 1.105 millones de euros)», resaltó.
Por último, destacó que el último punto del plan es aplicar un alto el fuego humanitario para permitir que los servicios básicos se reinicien y el comercio esencial se reinicie. «Un alto el fuego así es también vital para facilitar la entrega de ayuda, permitir la liberación de los rehenes y dar un respiro a los civiles», argumentó.
«Estas son las acciones necesarias para controlar la carnicería. El plan es exhaustivo y estamos decididos a presionar para cada paso, pero necesitamos un apoyo internacional amplio. El mundo debe actuar antes de que sea demasiado tarde», ratificó Griffiths, según un comunicado publicado por su oficina.
El Ejército de Israel lanzó su ofensiva en Gaza tras los ataques de Hamás, que se saldaron con cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. Las autoridades de Gaza, controladas por el grupo islamista, cifró en más de 11.300 los muertos, si bien dijeron que el balance no puede ser actualizado por la falta de conexión y la pérdida de contacto con los hospitales ante la ofensiva israelí.
Asimismo, recalcaron en su último balance que más de 2.000 personas permanecen desaparecidas bajo los escombros, por lo que se teme que la cifra sea superior. Por su parte, la Autoridad Palestina denunció la muerte de más de 180 palestinos a manos de las fuerzas de Israel y en ataques perpetrados por colonos desde el 7 de octubre. (Europa Press)