El primer ataque tuvo lugar el pasado lunes, cuando personas armadas irrumpieron en la localidad de Gurokayeya y mataron a 17 personas, mientras que otras 20 fallecieron el martes por la explosión de una bomba al paso del cortejo funerario.
Uno de los residentes, relató en declaraciones concedidas al diario nigeriano ‹Punch› que las 17 personas asesinadas el lunes fueron trasladadas a las afueras de la ciudad por los atacantes, quienes posteriormente las fusilaron.
Asimismo, indicó que la bomba estalló cuando los participantes en el funeral intentaban volver a la ciudad, explicó que diez murieron en el acto y otras diez fallecieron horas después en un centro de salud de la ciudad.
El portavoz de la Policía de Yobe, Dungus Abdulkarim, confirmó los incidentes y reconoció que la localidad es un bastión de Boko Haram, al tiempo que dijo que las tropas nigerianas describieron la zona como alta peligrosidad.
La inseguridad en Nigeria, anteriormente centrada en el noreste del país, donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA) se extendieron en los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales. (Europa Press)