“Esta preocupante situación pone de manifiesto el desamparo en el que están sumidas las familias que conseguieron llegar hasta allí huyendo de la guerra, así como la necesidad imperiosa de llevar a cabo mayores esfuerzos para responder a esta grave crisis, especialmente en materia de ayuda alimentaria de emergencia”, indica la ONG.
Asimismo, señaló que los niños que sobrevivieron a la violencia extrema en la región de Darfur y consiguieron llegar a Chad, se encuentran en un estado de salud cada vez peor, que duplican el umbral de emergencia establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Estamos ante una situación grave desde el punto de vista nutricional y por ello es necesario un aumento significativo de la ayuda alimentaria», declaró el coordinador de emergencias de Ouaddai, Mohammadou Gado, que solicita más recursos financieros, humanos y logísticos para que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) pueda distribuir a gran escala de forma segura y regular.
MSF denunció que muchas de las familias que están en situación de mayor vulnerabilidad y que tienen hijos, dentro de los programas nutricionales de MSF no se beneficiaron de las distribuciones que llevan a cabo el PMA y sus socios porque no disponen de tarjeta de racionamiento.
Por su parte, el PMA alertó del riesgo de suspender sus programas de asistencia humanitaria a 1,4 millones de personas en Chad, incluidos refugiados sudaneses que cruzaron la frontera a causa de la guerra desatada en abril entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), por la falta de financiación para mantener sus operaciones.
Durante los seis meses de conflicto huyeron hacia Chad el mismo número de personas que en los 20 años anteriores, desde el inicio de la crisis en Darfur en 2003, lo que sitúa en más de un millón la cifra de refugiados en Chad, que acoge por ello una de las poblaciones de refugiados mayores y de más rápido crecimiento en el continente africano. (Europa Press)