La ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF), que seguió de cerca su caso, confirmó que Behboudi abandonó la prisión donde permanecía recluido tras un fallo absolutorio dictado por un tribunal penal de Kabul.
La mujer del periodista, Aleksandra Mostovaja, celebró la sentencia: «La luz regresó a mi mundo y la vida puede comenzar de nuevo». «Nadie debería sufrir una detención arbitraria ni el dolor de no saber qué le pasó a un ser querido. Lo repito: el periodismo no es un delito», subrayó en un comunicado.
El secretario general de RSF, Christophe Deloire, coincidió en que la noticia representa un inmenso alivio no sólo para su familia sino también para todos los defensores de la libertad de prensa. «Es el final de una prueba dolorosa y de una inquietud permanente durante más de nueve meses», declaró.
La ONG denunció un empeoramiento de la libertad de prensa en Afganistán desde la llegada de los talibán al poder, en agosto de 2011. RSF tiene registrados al menos tres asesinatos de periodistas este año. (Europa Press)