Un mes de conflicto bastó para que los niveles de pobreza hayan aumentado en un 20 por ciento y el PIB se haya contraído en 4,2 por ciento, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que incluye dentro de sus valoraciones al conjunto de los territorios palestinos.
Un segundo mes de guerra ampliaría el retroceso económico hasta el 8,4 por ciento, equivalente a 1.700 millones de dólares, y un trimestre de violencia implicaría una caída del PIB del 12,2 por ciento, o unos 2.500 millones de dólares. La pobreza, por su parte, empeoraría en un 34 por ciento con respecto a los niveles previos al 7 de octubre, en un segundo mes y en 45 por ciento si se llegase al tercero.
En términos de desarrollo humano, Palestina en su conjunto retrocedería a niveles inéditos desde hace una década, en concreto a datos de entre once y 16 años atrás, en función de la intensidad del propio conflicto. En el caso de Gaza, foco principal de los combates, la horquilla se amplía entre 16 y 19 años en cuanto a retrocesos.
A nivel laboral, las primeras estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya apuntan que se perdieron 182.000 empleos en la Franja de Gaza como consecuencia directa del conflicto, lo que equivaldría al 61 por ciento de los puestos. En Cisjordania también se notan los efectos colaterales, con la pérdida del 24 por ciento de los empleos, equivalente a 208.000 trabajos.
El administrador del PNUD, Achim Steiner, advirtió de que este tipo de informes demuestran los efectos a largo plazo de la guerra y que éstos no se limitarán solo a Gaza. “Al margen de la catástrofe humanitaria que se está produciendo, también hay una crisis de desarrollo. La guerra está acelerando con rapidez la pobreza entre una población que ya era vulnerable antes de la crisis”, subrayó.
La directora de la OIT para la región, Ruba Jaradat, coincide en añadir a la “enorme crisis humanitaria” otra “crisis social y económica” con efectos que la población palestina sufrirá “durante muchos años”. (Europa Press)