El presidente en funciones apoyado por la junta, Myint Swe, indicó que los enfrentamientos registrados recientemente en el estado de Shan suponen una amenaza militar a gran escala. Así se expresó durante una reunión del Consejo de Seguridad del país asiático, donde manifestó que si no consiguen gestionar los incidentes en la frontera el país podría dividirse en dos partes.
La junta prometió hacer frente a estos ataques a medida que provocan el desplazamiento de al menos 23.000 personas y admitió que perdió la localidad de Chinshwehaw, estratégica para el comercio con China. (Europa Press)
La región de Sagaing, dominada por el grupo étnico mayoritario bamar, se convirtió en un bastión de resistencia a la junta. Decenas de grupos armados están activos en esta provincia, donde el Ejército fue acusado de crímenes de guerra y violación de Derechos Humanos.