La Fuerza Aérea israelí atacó más de 800 objetivos de Hezbolá en El Líbano, poco después de haber advertido a los residentes de las zonas cercanas a los depósitos de armas del grupo terrorista, de que se alejaran de esas edificaciones puesto que serían objetivos de guerra de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció un “plan de destrucción” llevado a cabo por Israel contra su país, y llamó a la ONU y a los “países influyentes” a “disuadir” al gobierno israelí de esta “agresión”.
Los fotógrafos de las principales agencias de noticias observaron importantes atascos en los alrededores de Sidón, una gran ciudad del sur del país, debido a los centenares de coches llenos de familias que intentaban abandonar la zona.
Según el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con sus bombardeos, Israel está invirtiendo “la relación de fuerzas” en el norte del país, y explicó que su política “no es esperar a las amenazas sino anticiparse a ellas”.
Esta ola de ataques israelíes contra objetivos del grupo terrorista proiraní Hezbolá en el sur y el este de Líbano es la mayor desde el inicio de la guerra.
El ejército israelí indicó en un comunicado que “desde la mañana” había golpeado “aproximadamente 800 objetivos de Hezbollah en el sur de Líbano y en la zona de Becá”.
La agencia de noticias libanesa ANI informó de bombardeos en “la cordillera del Antilíbano”, una cadena montañosa del valle de Becá.
Horas antes, el ejército israelí había instado a los habitantes de la zona de Becá y del sur del país a alejarse de las posiciones del grupo terrorista.
Por su parte, Hezbolá afirmó que lanzó “decenas de cohetes” contra dos bases israelíes “en respuesta a los ataques del enemigo israelí en el sur y en (el valle de) Becá”, tras haber apuntado contra otros tres objetivos israelíes por la mañana.
“VIVIENDO BAJO BOMBARDEOS”
“Estamos viviendo bajo bombardeos, nos acostamos y nos despertamos con ellos”, señaló a la AFP Wafaa Ismail, una ama de casa de 60 años, en el pueblo de Zautar, en el sur de Líbano.
Según la agencia oficial ANI, “habitantes de Beirut y de varias regiones” recibieron llamadas telefónicas de Israel pidiéndoles desocupar.
Las autoridades libanesas ordenaron el cierre de las escuelas en las zonas golpeadas por los bombardeos el lunes y martes.
Hezbolá, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente en la frontera con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, en apoyo a su aliado islamista Hamas, en el poder en ese territorio palestino.
Los duelos de artillería se multiplicaron desde la ola de explosiones de buscapersonas y walkies-talkies utilizados por miembros de Hezbolá, atribuidas a Israel, de la semana pasada, que dejaron 39 muertos y casi 3.000 heridos en bastiones de la milicia en Líbano, según las autoridades.
Irán, aliado de Hezbolá, advirtió el lunes a Israel de “las consecuencias peligrosas” que tendrán sus ataques en Líbano, y el movimiento islamista palestino Hamas denunció una “agresión salvaje”.
LA CATÁSTROFE
Frente a esta escalada, Estados Unidos, principal aliado de Israel, exhortó a sus ciudadanos a abandonar Líbano.
“Haremos todo lo posible para evitar que estalle una guerra más amplia”, aseguró el presidente, Joe Biden.
China llamó a sus ciudadanos a irse de Israel “lo antes posible”.
“La región está al borde de una catástrofe inminente”, afirmó la coordinadora especial de Naciones Unidas para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Finul) advirtió que “cualquier escalada de esta peligrosa situación podría tener unas consecuencias devastadoras y de gran alcance”.
Egipto afirmó temer una “guerra total” en Oriente Medio y alertó que la escalada entre Israel y Hezbolá podría socavar los esfuerzos para lograr un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde el ejército israelí continúa con su devastadora ofensiva de represalia.
La guerra en la Franja de Gaza estalló el 7 de octubre de 2023 tras el ataque del grupo terrorista palestino Hamas en Israel, en el que murieron 1.205 personas, según un balance basado en cifras oficiales israelíes.
De los 251 secuestrados durante la incursión islamista, 97 siguen cautivos en el estrecho territorio, de los cuales 33 fueron declarados muertos por el ejército israelí.
La ofensiva israelí causó la muerte de al menos 41.455 palestinos, según datos del Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás, considerados fiables por la ONU, y un desastre humanitario. (Infobae)