“Pensamos que si fuera necesario, se cerraría toda la frontera oriental”, manifestó el ministro de Defensa de Finlandia, Antti Hakkanen, que lanzó así un mensaje muy claro a Rusia para que deje de incentivar los cruces fronterizos.
«Tenemos pruebas de cómo opera Rusia en diferentes partes del mundo y en Europa», añadió Hakkanen, que aludió en este punto a la crisis de refugiados en el Mediterráneo y el supuesto rol desempeñado en este asunto por los mercenarios del Grupo Wagner.
Asimismo, el ministro de Defensa finlandés recalcó que en otros países europeos, como en Polonia o los países bálticos, Rusia está instrumentalizando la cuestión migratoria para «desestabilizar» la situación.
«Rusia es una potencia importante y veremos el panorama general, la historia y el manual de estrategia de Rusia. Por eso debemos reaccionar con decisión desde el principio», aseveró el ministro Hakkanen.
Las autoridades finlandesas cerraron ayer cuatro de los nueve pasos fronterizos con Rusia durante un período de al menos tres meses en respuesta al gran aumento de solicitantes de asilo y migrantes en situación irregular.
Se trata de los de Imatra, Niirala, Nuijamaa y Vaalimaa, todos ellos en el sureste del país nórdico. Los cruces de Salla y Vartius, más al norte, serán ahora los encargados ahora de gestionar los cruces por una frontera que se extiende por más de 1.330 kilómetros.
La medida estará vigente al menos hasta el 18 de febrero de 2024, si bien no se descarta ampliar estas restricciones. Durante los últimos meses, coincidiendo con la entrada del país nórdico en la OTAN, las autoridades finlandesas registraron un importante aumento del número de llegadas de personas en situación irregular.
En el pasado, Rusia no permitía cruzar la frontera a quienes no tuvieran sus documentos en regla. Un cambio de actitud que para el presidente finlandés, Sauli Niinisto, es una venganza que se está cobrando por la entrada en la Alianza Atlántica y un plan de acuerdo previsto en materia de defensa con Estados Unidos. (Europa Press)