Cerca de siete personas murieron ayer en un nuevo ataque del Ejército de Rusia contra la ciudad ucraniana de Leópolis, situada en el oeste del país europeo, según denunció el alcalde de la localidad, Andri Sadovi, que destacó que hay además graves daños materiales.
Sadovi especificó en su cuenta en Telegram que varios edificios residenciales situados en los alrededores de la principal estación de tren de la ciudad sufrieron daños y manifestó que varias calles del centro de Leópolis fueron cerradas al tráfico ante los daños materiales causados por el ataque ruso.
Asimismo, el gobernador de la provincia de Leópolis, Maksim Kozitski, cifró en 47 los heridos, incluidos siete niños que «se encuentran en estado moderado». «Entre los adultos hay siete en estado grave. Los médicos luchan por salvar sus vidas», sostuvo, por lo que no se descarta que el balance de fallecido aumente en las próximas horas.
El Ministerio de Defensa ruso destacó horas después que «las Fuerzas Armadas rusas llevaron a cabo un ataque con armas de largo alcance y alta precisión, incluidos misiles balísticos Kinzhal y drones, contra empresas del complejo militar-industrial de Ucrania en la ciudad de Leópolis».
En este sentido, destacó a través de su cuenta en Telegram que dichas empresas «se dedican a la fabricación y reparación de componentes electrónicos para aviones y misiles usados por las Fuerzas Armadas ucranianas». «Los objetivos del bombardeo fueron alcanzados. Todos los objetivos designados fueron alcanzados», aseveró.
El Ejército ruso lanzó además otro ataque con proyectiles contra la ciudad de Krivói Rog, situada en la provincia de Dnipropetrovsk y ciudad natal del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, incidente que dejó cinco heridos, según resaltó el presidente del Consejo de Defensa de Krivói Rog, Oleksandr Vilkul, a través de su cuenta en Telegram.
CONDENA
En respuesta, Zelenski expresó sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas en Leópolis y lamentó que «edificios residenciales, escuelas e instalaciones médicas sufran daños», según un comunicado en su cuenta en Telegram.
El mandatario recalcó además que el ataque contra Krivói Rog causó «la destrucción de viviendas e infraestructura civil» y reiteró su llamamiento a sus socios internacionales para «detener el terror» por parte de las tropas rusas desde el inicio de la invasión, desatada en febrero de 2022.
«Cada uno de nuestros socios en el mundo que ayudan a Ucrania con defensa aérea es un verdadero defensor de la vida y todo el que convence a los socios a dar más alcance para responder de forma justa al terror trabaja para evitar este tipo de ataques terroristas rusos contra ciudades ucranianas», apuntó.
A las condenas se sumó el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, quien denunció el «brutal ataque» lanzado por Moscú contra «zonas residenciales» de Leópolis y Krivói Rog. «Hay civiles heridos o muertos, incluidos niños», lamentó el ministro a través de su cuenta en la red social X.
«Rusia usó misiles y drones para atacar a personas en sus casas mientras dormían por la noche. También fueron alcanzados hogares, escuelas y hospitales. En la zona protegida de la Unesco, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de Leópolis, edificios que son parte del patrimonio resultaron dañados», sostuvo.
Por ello, volvió a hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que «condenen firmemente este crimen de guerra de Rusia». «Necesitamos sus comunicados y acciones ya mismo. Para poner fin a este terror, los socios de Ucrania deben entregar rápidamente los sistemas de defensa aérea y munición prometidos, así como reforzar las capacidades de defensa de Ucrania y permitirnos lanzar bombardeos de largo alcance contra todos los objetivos militares legítimos en Rusia», señaló.
Kuleba, que ayer presentó su dimisión al frente de la cartera, insistió en que «los sistemas de defensa aérea de los socios pueden y deben ser usados para proteger a la población civil en Ucrania». «Derribar piezas de metal mortal en el aire no implica la participación de un país en la guerra. El mero acto de salvar vidas humanas no puede ser considerado una escalada», sostuvo.
En esta línea, insistió en que «la decisión de permitir que los países vecinos usen los sistemas de defensa aérea debe ser adoptada». «Rusia entiende únicamente un idioma: el idioma de la fuerza. Todos debemos tomar acciones decisivas, mostrar liderazgo y ser valientes para lograr un fin justo a la guerra y el terror ruso», acotó.
El suceso tuvo lugar apenas un día después de la muerte de 53 personas en un ataque ruso contra la ciudad de Poltava, en el noreste del país, que dejó además más de 270 heridos, según el último facilitado por las autoridades. Además, otras tres personas murieron en ataques contra la provincia de Jersón (este), según confirmaron ayer las autoridades. (Europa Press)