La cifra de muertos a causa de las inundaciones provocadas por el paso del temporal “Boris” por varios países del centro de Europa, ascendió a 23 a medida que la tormenta avanza hacia Italia, según reflejan los últimos balances difundidos por las autoridades de Austria, Polonia, República Checa y Rumanía.
La Policía checa confirmó ayer en un comunicado que ya son cuatro los fallecidos en el país después de que los servicios de rescate recuperaran el cuerpo sin vida de una mujer de 70 años que llevaba desaparecida desde el fin de semana en la ciudad de Kobylá nad Vidnavkou, cerca de la frontera con Polonia.
La región, situada cerca de la zona montañosa que colinda con territorio polaco, se vio gravemente afectada por las lluvias torrenciales durante los últimos días. El Ministerio de Defensa checo señaló en un comunicado que más de 300 militares fueron desplegados para ofrecer apoyo a la población y poner en marcha medidas para reparar los puentes dañados por la tormenta.
Al otro lado de la frontera, las autoridades polacas confirmaron la muerte de un total de siete personas tras sumar un fallecido en la ciudad de Klodzko, si bien los servicios de rescate afirman que, al menos de momento, no hay desaparecidos. Sin embargo, informaciones preliminares apuntaban a que la cifra de decesos en esta zona podría ascender hasta diez.
Asimismo, el país registró actos de vandalismo y saqueos de tiendas y comercios en medio de la tormenta, lo que llevó al primer ministro, Donald Tusk, a reforzar la seguridad y trasladarse a desplazarse hasta el sur del país para supervisar las medidas puestas en marcha para paliar la crisis.
Aunque la situación parece mejorar en Austria, las autoridades tuvieron también que elevar el balance de muertos a cinco, mientras que el Gobierno anunció ayudas valoradas en 45 millones de euros para labores de reconstrucción. En total, 1.400 edificios tuvieron que ser desocupados y 87 personas fueron trasladadas en helicóptero para ser puestas a salvo.
En Rumanía, donde se registraron siete muertos, la situación se mantiene estable de momento a pesar de que el Gobierno declaró el estado de alerta en el condado de Galatsi y en otras zonas golpeadas por el temporal.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, expresó su solidaridad con los afectados tanto por estas inundaciones como por los incendios forestales que desde hace unos días vienen golpeando con especial virulencia la zona centro y norte de Portugal, dejando al menos cinco fallecidos.
«Los fenómenos meteorológicos extremos están dejando un rastro mortal de destrucción en toda Europa (…). Necesitamos acciones climáticas que coincidan con la intensidad y la urgencia de la crisis», finalizó. (Europa Press)