El escritor chileno Antonio Skármeta, uno de los referentes de la literatura latinoamericana de las últimas décadas, murió a los 83 años de edad, informó ayer la Universidad de Chile. El Senado chileno guardó un minuto de silencio tras conocerse la noticia.
“Efectivamente mi padre falleció esta mañana. Fue un largo proceso que empezó hace años con Alzheimer y terminó en una muerte natural”, confirmó ayer su hijo Fabián Skármeta. El próximo 7 de noviembre hubiera cumplido 84 años.
Skármeta fue reconocido en 2014 con el Premio Nacional de Literatura 2014 en Chile. También obtuvo el premio Planeta en 2003 por el “Baile de la Victoria”. El escritor es conocido por el gran público y por las adaptaciones cinematográficas de sus obras, en particular por la película “Il Postino” o “El cartero de Neruda”.
Uno de los primeros en lamentar su pérdida y subrayar su aportación a la literatura chilena en particular y a la latinoamericana en general fue el propio presidente de la República, Gabriel Boric, respondiendo al mensaje en redes sociales de la Universidad. “Gracias maestro por la vida vivida. Por los cuentos, las novelas y el teatro. Por el compromiso político. Por el show de los libros que amplió las fronteras de la literatura. Por soñar que la nieva ardía en el Chile que te dolió tanto”, afirmó el mandatario.
Nacido en la ciudad septentrional chilena de Antofagasta, Antonio Skármeta Vranicic es uno de los intelectuales más creativos e influyentes de Chile. Licenciado en Filosofía y Educación en la Universidad de Chile, creció como escritor bajo la influencia del pensador español Francisco Soler Grima, discípulo de Julián Marías y de José Ortega y Gasset, sobre quien escribió en 1963 su tesis doctoral “Ortega y Gasset, lenguaje, gesto y silencio”. Escribió una segunda tesis en Columbia en torno a la narrativa de Julio Cortázar, otro de los más grandes autores latinoamericanos.
Tras pasar por Argentina y otros países, en 1981 se asentó en Alemania donde construyó la historia del cartero de Neruda: primero para la radio alemana y luego como un guión. La obra tuvo un éxito enorme y le catapultó a la fama: fue traducida a una treintena de lenguas, adaptada al cine, el teatro, la ópera y la radio, y según señaló el propio autor en una entrevista “existen más de cien versiones en el mundo”. Regresó a Chile en 1989, el mismo año que acabó la dictadura y continuó allí su vida como profesor universitario, académico e incluso diplomático en Alemania. (Dw)