En el último día del juicio, la acusación pidió ante el tribunal de Troyes ocho años de cárcel contra Pallot por «asesinar» a su esposa enferma, pese a que el septuagenario afirma haberlo hecho a pedido de ella para aliviar su sufrimiento.
«Los hechos son simples y terribles»: el acusado “estranguló a su mujer con un cable eléctrico durante 20 minutos después de haberle inyectado cianuro, y nunca ocultó el hecho”, declaró el fiscal, Mickaël Le Nouy, durante su alegato final.
Este asesinato, «presentado como un gesto de amor, es un gesto prohibido por la ley; uno no puede arrogarse el derecho de matar», criticó el fiscal, al describir una muerte «salvaje» y «brutal».
Si bien Le Nouy admitió que el estado de salud de Suzanne Pallot «no era bueno» por padecer «una enfermedad incurable y múltiples fracturas», señaló que los médicos afirmaban que «su pronóstico no ponía en peligro su vida».
«El argumento de la eutanasia es ineficaz en derecho penal», sostuvo al jurado y agregó que el regreso a prisión “no era apropiado” para el septuagenario, que no tiene antecedentes penales.
«YO MATÉ A MI MUJER»
Bernard Pallot, de 78 años, ingeniero de formación, está siendo juzgado desde el lunes en Troyes, en el este de Francia, acusado de estrangular a su mujer, también septuagenaria, el 11 de octubre de 2021 en su domicilio de Isle-Aumont.
Su esposa, con la que estaba casado desde 1969, padecía varias afecciones médicas, entre ellas la enfermedad de Carrington, una dolencia pulmonar crónica, y osteoporosis, con múltiples fracturas, incluida una en el cuello del fémur.
Aunque el acusado estuvo en prisión preventiva casi un año, actualmente comparece en libertad bajo vigilancia judicial.
Para matar a su mujer, Pallot primero le inyectó cianuro en el muslo, pero no funcionó.
Entonces, «sin pensárselo dos vece» tomó un trozo de cable eléctrico del garaje y se lo pasó por el cuello durante unos veinte minutos.
«Parece un método bastante salvaje, pero no tuve más remedio», declaró durante la investigación.
Cuando llegó la policía, el profesor jubilado señaló: «Soy yo quien mató a mi mujer. Ella está ahí, yo la estrangulé».
Cerca del cadáver se encontró una nota, que decía: «Yo, la abajo firmante, Pallot Suzanne, aún en pleno uso de mis facultades mentales, pido a mi marido, Bernard Pallot, que me alivie de una vez por todas del sufrimiento incurable que estoy padeciendo». (Rfi)