No hubo segundo milagro en el Camp Nou, donde el Barcelona, en el último partido europeo de Luis Enrique en el banquillo azulgrana, empató sin goles y fue incapaz de remontar el 3-0 que se trajo de Turín frente a un sólido Juventus que controló en todo el momento el partido y nunca vio peligrar su pase a las semifinales.
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