Dominique Pélicot, el hombre apodado como el “Monstruo de Aviñón” y acusado de haber drogado a su exesposa durante al menos una década, para que decenas de individuos la violaran en su propia vivienda, admitió ayer los hechos y afirmó ser “un violador, como todos los presentes en la sala”, quienes también están siendo juzgados por el mismo caso.
Tras ausentarse en repetidas ocasiones del juicio en su contra por motivos de salud, el principal acusado, de 71 años, testificó por fin durante la jornada de ayer ante el tribunal de Vaucluse, en el sureste de Francia. Su abogada, Béatrice Zavarro, señaló que su cliente lleva más de una semana sufriendo problemas urinarios, una afección que le impidió declarar previamente.
A pesar de que el juez, Roger Arata, confirmó que Pélicot está sufriendo de una piedra en el riñón y una infección de orina, el juicio se reanudó después de que los médicos hayan considerado que es “apto para acudir al tribunal”.
Así, Pélicot mostró arrepentimiento y sostuvo “no culpar” a su mujer por “absolutamente nada”. “Era muy feliz con ella, era todo lo contrario a mi madre”, agregó, llorando. “Nunca toque a mis hijos ni a mis nietos. Soy un violador, como todos los demás en esta sala. Lo sabían todo, no pueden decir lo contrario. Ella no se merecía esto, lo admito”, aseveró, según declaraciones recogidas por la cadena de televisión francesa BFM TV.
El lunes, cuando Pélicot se negó a abandonar su celda, el juez ordenó a dos médicos que certificaran su estado de salud. Posteriormente, su abogada afirmó que podría acudir este martes al juzgado siempre y cuando “las vistas no sean demasiado largas” y haya “descansos” estipulados.
Así, pidió perdón, a pesar de “saber que es imperdonable”. “Soy culpable de lo que hice. (…) Me arrepiento y pido perdón”, sostuvo. Mientras que Gisèle expresó que es “muy difícil” escuchar sus declaraciones. “He vivido 50 años con un hombre que no imaginé en ningún momento que podría hacer algo así. Confiaba en él completamente”, lamentó.
Al ser preguntado por los vídeos que grabó mientras su exesposa era violada por los hombres que invitaba a casa, Pélicot señaló que aunque “sentía placer, en parte”, se trata también de “una perversión” que sirve ahora, no obstante, para “identificar a todos aquellos que participaron” y que ahora lo acusan de “manipulación”. (Europa Press)