Desde el inicio de la ofensiva israelí como respuesta a los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre, “ningún sitio es seguro” en Gaza, por lo que la portavoz del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani, criticó que el Ejército de Israel haya pedido a la población gazatí que abandone ciertas zonas al tiempo que mantiene un férreo bloqueo que impide no sólo la entrada de suministros en la Franja, sino también la huida de la población.
El traslado forzoso de ciudadanos, advirtió, representa un crimen de guerra, al igual que también lo puede ser bombardear de forma indiscriminada zonas densamente pobladas o instalaciones protegidas y ejercer una suerte de castigo colectivo sobre el conjunto de la población.
Shamdasani solicitó además el fin del lanzamiento de ataques indiscriminados contra territorio israelí, al tiempo que ha reclamado la liberación inmediata e incondicional de todos los civiles secuestrados por Hamás. «La toma de rehenes también es un crimen de guerra», ratificó.
El Alto Comisionado, Volker Turk, aboga por trabajar en favor de la paz, para lo cual es necesario un cese inmediato de los combates que requiere que todos aquellos actores con influencia negocien. (Europa Press)