Daniel Noboa tomó ayer posesión del cargo como presidente de Ecuador en una ceremonia celebrada en la Asamblea Nacional y en la que proclamó en su primer discurso oficial centrado en reivindicar su figura como el mandatario más joven de la historia del país sudamericano.
Noboa recibió la banda presidencial de manos del presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, así como el gran collar de la Orden Nacional al Mérito. El jefe de Estado saliente, Guillermo Lasso, estuvo presente en el acto, tras entregar la banda a Kronfle abandonó el edificio.
Luego de jurar al cargo, el presidente Noboa se reivindicó ante los presentes como el jefe de Estado de un país que atraviesa tiempos muy difíciles por la situación económica y de seguridad, pero debe dejar de lado los viejos paradigmas políticos para hacer frente a tal situación.
“Pocos candidatos estaban dispuestos a tomar el riesgo de esta elección. Por el bien de Ecuador, y porque tengo una visión renovada y joven, me lancé a la Presidencia sin dudarlo”, aseveró Noboa
En ese sentido, Noboa rechazó la idea de que la juventud sea sinónimo de ingenuidad, sino que es “sinónimo de fuerza”, una cualidad que considera imprescindible para hacer frente a los retos del país.
Finalmente agradeció a su familia por los esfuerzos que hicieron, y tendrán que hacer de aquí en adelante, por su andadura política. Noboa, sin embargo, ha matizado que estos sacrificios son pocos comparados con los que tienen que hacer “la mayoría de las familias ecuatorianas”.
Noboa, que a sus 35 años se convirtió en el presidente más joven de la historia democrática de Ecuador, se impuso en agosto en la segunda vuelta electoral a Luisa González, aliada del expresidente Rafael Correa. Prácticamente recién llegado a la política, es hijo de Álvaro Noboa, que también trató en varias ocasiones alcanzar la Presidencia. (Europa Press)