La situación humanitaria sigue siendo una catástrofe absoluta. 26 millones de personas padecen hambre aguda, con familias hambrientas y niños desnutridos, sostuvo la directora de OCHA, Edem Wosornu.
Naciones Unidas afirmó ayer que la comunidad internacional ha fracasado en impedir la hambruna en Sudán, país en guerra desde abril del año pasado por los combates entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
“Cuando hay una hambruna, significa que hemos llegado tarde. Significa que no hemos hecho suficiente y significa que nosotros, la comunidad internacional, hemos fallado”, señaló la directora de operaciones y promoción de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Edem Wosornu, ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Wosornu aseguró que la situación humanitaria en Sudán “sigue siendo una catástrofe absoluta”. “26 millones de personas padecen hambre aguda. Eso es el equivalente a tres veces la ciudad de Nueva York: llena de familias hambrientas y niños desnutridos”, dijo.
Asimismo, más de 10 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus casas por el conflicto, lo que incluye a 726.000 personas desplazadas desde el estado de Sennar, en el sudeste del país, desde el 25 de junio tras el avance de las RSF en la zona.
“En las últimas semanas, las fuertes lluvias han inundado barrios residenciales y sitios de gente desplazada, incluyendo Kassala y Darfur del Norte, aumentando el riesgo de cólera y enfermedades transmitidas por el agua”, indicó.
De la misma forma, ha denunciado que el sistema sanitario de Sudán “ha colapsado”. “Dos tercios de la población no pueden ir a un hospital ni ver a un médico”, señaló, agregando que 480 días de conflicto han destruido también infraestructura esencial para los civiles.
La Comisión para la Investigación de la Hambruna (FRC, por sus siglas en inglés) anunció la pasada semana el estado de hambruna para los más de 400.000 residentes del campo de desplazados sudanés de Zamzan, en Darfur Norte.
El subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Stephen Omollo, se refirió a esta alerta, afirmando ante el Consejo de Seguridad de la ONU que esto debería servir “como una llamada de atención para la comunidad internacional”.
“Las condiciones en todo Sudán son realmente espantosas y empeoran día a día. Esta crisis, que está olvidada, no ha recibido la atención política y diplomática que tanto necesita. Esto tiene implicaciones más amplias y amenaza con desestabilizar a toda la región”, subrayó.
Por ello, ha instado a llevar a cabo “esfuerzos diplomáticos coordinados” para abordar los desafíos existentes. “Las agencias humanitarias harán todo lo posible para evitar que la hambruna azote a Sudán, pero sólo podremos operar allí donde las condiciones nos lo permitan y donde se nos conceda acceso”, recordó.
Omollo también recordó que un alto al fuego en el país “sigue siendo la única solución sostenible que evitará una propagación mayor de la hambruna”. “Hasta ese día, necesitamos urgentemente la ayuda del Consejo para garantizar que podamos llevar a cabo nuestro trabajo de manera eficaz y sin interferencias”, agregó.
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 tras fuertes discrepancias entre el Ejército y las RSF sobre la integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir después de 30 años en el poder. (Europa Press)