Esta región es la división administrativa más grande del país africano, que abarca la práctica totalidad del este, donde las fuertes lluvias estacionales desplazaron a miles de personas que se quedaron sin acceso a agua potable ni a un estándar mínimo de higiene.
El brote es consecuencia directa de las lluvias torrenciales de octubre por todo el país, que dejaron al menos 43 muertos y casi 400.000 desplazados, tanto en Somalí como en otros estados de Gambella y Afar. La enfermedad se está cebando particularmente con la población infantil de la zona más afectada, el municipio de Kelafo, en el sur de Somalí, donde casi el 80 por ciento de los casos son niños menores de cinco años, de acuerdo con las estimaciones del Ministerio de Salud, de la Región de Somalí y la Dirección de Gestión Pública de Emergencia Sanitarias.
Por su parte, la ONG Save the Children, dijo que este brote declarado en Etiopía corre el peligro de escaparse al control de las autoridades sanitarias, porque ahora mismo hay 91 municipios de Etiopía que se encuentran bajo estado de alerta sanitaria debido a la propagación del cólera, que fácilmente podría extenderse a lo largo de la frontera con Somalia, dado que Kelafo se encuentra a solo 60 kilómetros al norte del país vecino.
“Estas lluvias devastadoras arruinaron las infraestructuras empleadas para la depuración del agua y la higiene personal. Comunidades enteras se quedaron sin acceso a lavabos y viven entre aguas contaminadas por letrinas destruidas, lo que afecta con más riesgos a los niños de la región”, señala la organización humanitaria.
“Pedimos urgentemente al Gobierno etíope un esfuerzo para facilitar agua potable e instalaciones sanitarias apropiadas para evitar una posible y mayor presencia de la crisis en la región de Somalí, así como en Etiopía en general”, añade la organización. (Europa Press)