El Gobierno de Brasil expulsó ayer a la embajadora de Nicaragua en Brasilia, Fulvia Patricia Castro Matu, después de que las autoridades nicaragüenses ordenaran al embajador brasileño, Breno de Souza da Costa, abandonar el país, confirmando así un notable deterioro en las relaciones bilaterales entre ambas naciones latinoamericanas.
El régimen de Daniel Ortega había anunciado previamente la expulsión de De Souza da Costa, después de que el jefe de la misión diplomática no acudiese al acto del 45 aniversario de la Revolución Sandinista del 19 de julio, según informaciones recogidas por el portal de noticias nicaragüense Divergentes.
Tras conocerse la noticia, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha convocado por la mañana (hora local) al ministro de Exteriores, Mauro Vieira, para abordar la situación. Amparándose en el principio de reciprocidad, Brasilia ha decidido finalmente expulsar a Castro Matu, recoge el “O Globo”.
El distanciamiento entre Lula y Ortega, quienes llegaron a ser aliados, comenzó a raíz del interés de Brasilia por interceder en la liberación del obispo Rolando Álvarez, que fue condenado a 26 años de cárcel y despojado de su nacionalidad por “traidor a la patria”, para posteriormente ser desterrado al Vaticano.
De hecho, el mandatario brasileño reveló hace poco que Ortega ni siquiera respondía a sus llamadas para tratar el asunto de los religiosos encarcelados. (Europa Press)