Se trata de 1,9 millones de personas alcanzadas con algún tipo de ayuda, algunas de ellas con más de una forma de apoyo, de las cuales el 51 % fueron mujeres y el 49 % hombres.
En detalle, 1,3 millones de venezolanos obtuvieron alguna asistencia en materia de salud, 619.000 en seguridad alimentaria, 551.000 en lo relacionado con agua, saneamiento e higiene, 151.000 en nutrición y 37.000 en educación, entre otras áreas.
Hasta el 30 de septiembre, 133 organizaciones nacionales e internacionales implementaron proyectos en 312 de los 335 municipios del país.
De esta forma, al cierre del noveno mes del año, las organizaciones humanitarias habían alcanzado al 36,5 % de la población meta de 5,2 millones de personas para este año.
El año pasado, la ONU recibió 309,6 millones de dólares de diversos donantes para gestionar la ayuda humanitaria en Venezuela, lo que representó el 38,9 % de los fondos que requirió y con lo que alcanzaron a 2,8 millones de personas con necesidades urgentes.
La organización considera que en 2022 hizo tres grandes aportes para el logro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible en el país: Llegar a las personas más vulnerables con algún tipo de asistencia, apoyar la recuperación socioeconómica, luego de ocho años de contracción y contribuir al diálogo social y abordar los derechos humanos.
LA INVASIÓN RUSA A UCRANIA
En otro orden, la ONU advirtió que más del 40% de los ucranianos necesita ayuda humanitaria por las terribles condiciones de la guerra.
Ramesh Rajasingham, director de coordinación de la oficina humanitaria de la ONU, dijo que miles de civiles murieron en ataques contra hogares, escuelas, campos y mercados desde la invasión rusa en febrero de 2022. La oficina de derechos humanos de la ONU verificó formalmente que 9.900 civiles murieron, pero indicó que el número real es ciertamente mayor.
Los civiles ucranianos están sufriendo horrendas consecuencias humanitarias y niveles de sufrimiento inimaginables por los ataques rusos, afirmó Rajasingham. Alrededor de 18 millones de ucranianos (más del 40% de la población) necesitan algún tipo de asistencia humanitaria y, a medida que se acerca el invierno, las necesidades se magnificarán.
Rajasingham dijo que los daños significativos y la destrucción de infraestructura crítica continúan afectando gravemente el acceso de los civiles a la electricidad, la calefacción, el agua y las telecomunicaciones, una preocupación particular a medida que se acerca rápidamente el invierno, que pondrá en mayor riesgo a los ancianos, los discapacitados y los desplazados. (Infobae/Efe)