Es la conclusión de dos estudios científicos recientes dirigidos por el doctor Paul Wilcox del Departamento de Geología de la Universidad de Innsbruck, que proporcionan nuevos conocimientos sobre la dinámica climática de la Tierra.
El Niño equivale a la fase cálida de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), uno de los fenómenos climáticos más cruciales ampliamente cubierto en los medios debido a su asociación con eventos climáticos catastróficos. Implica el calentamiento de las aguas oceánicas en el Pacífico ecuatorial oriental. Por el contrario, La Niña representa un enfriamiento en el Pacífico ecuatorial oriental.
ENSO abarca las variaciones cíclicas en las temperaturas de la superficie del mar, oscilando entre las fases cálidas de El Niño y frías de La Niña en el Océano Pacífico ecuatorial. Ante los cambios ambientales en curso, comprender la respuesta de El Niño a factores tanto naturales como inducidos por el hombre se vuelve cada vez más crucial para predecir y gestionar la variabilidad climática a escala global.
Publicado en la revista Geophysical Research Letters, uno de los nuevos estudios intentó comprender cómo responde El Niño a las influencias naturales durante períodos prolongados. Para conseguirlo, analizaron depósitos de cuevas, conocidos como espeleotemas, del sureste de Alaska. Estos espeleotemas preservaron registros climáticos que abarcan 3.500 años.
Los resultados del estudio sugieren que los procesos que controlan la variabilidad de El Niño cambiaron desde la década de 1970. “Hasta hace unos 50 años, los cambios en la radiación solar desempeñaban un papel importante en la configuración de los patrones de El Niño”.
EL INTERRUPTOR ‘WALKER’
En el segundo estudio, publicado en The Innovation Geoscience, Wilcox centró su atención en examinar los cambios climáticos en el sureste de Alaska, durante un extenso período de 13.500 años. El equipo utilizó espeleotemas como registros invaluables para investigar la causa de los cambios climáticos rápidos y de corto plazo que ocurrieron durante las edades de hielo.
Este mecanismo, desencadenado por cambios en la radiación solar (insolación), provoca rápidos ajustes en las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico ecuatorial, lo que posteriormente influye en los patrones climáticos en las altas latitudes del norte, incluidos Alaska y el Atlántico Norte. Wilcox explica en un comunicado: “El concepto del ‘interruptor Walker’ nos ayuda a explicar mejor la compleja interacción de factores que dieron forma a la dinámica climática en estas regiones”.
Los resultados de ambos estudios revelan un cambio en los patrones de El Niño, donde las actividades humanas ahora están sobreimprimiendo factores naturales para moldear su comportamiento. “El cambio climático puede haber llevado a que se cruzara un punto de inflexión climático en la década de 1970 con el inicio de un patrón más permanente de El Niño”.
Activado por alteraciones en la radiación solar, el “interruptor Walker” influye en los patrones climáticos en todo el mundo, incluidas las altas latitudes del norte. Estos hallazgos subrayan la complejidad dinámica del sistema climático de la Tierra y enfatizan la necesidad de realizar investigaciones continuas para profundizar la comprensión de los procesos climáticos. (Europa Press)