Zinedine Zidane no piensa dimitir, pero eso no quiere decir que su futuro esté asegurado. El técnico afirmó sentirse con fuerza suficiente después de sumar la quinta derrota de quince partidos oficiales de la presente temporada. Lo dijo nada más terminar el partido ante el Shakhtar, ese equipo que recibió diez goles del Borussia Moenchengladbach y que ha sido capaz de ganar los dos partidos ante el Real Madrid.La consecuencia de todo eso, pese a que no lo quiera ver, es que el francés está más que tocado y aunque el Inter le haya dado una bola extra derrotando al conjunto alemán, lo que deja en manos del Real Madrid el pase a los octavos de final de la Champions. La confianza en el entrenador ya no es la de antes. Muchas de las decisiones no están gustando y por eso el grado de seguridad hacia su trabajo está en entredicho y cada día más cuestionado.
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