El día en que empecemos a dar la importancia que necesitan los centros de formación, cuando los clubes empiecen a invertir y a darles condiciones de infraestructura, materiales de entrenamiento, alimentación y otras necesidades a sus divisiones menores creando centros de formación de élite, en lugar de pagar cantidades exorbitantes a jugadores extranjeros que poco o nada aportan al desarrollo del fútbol boliviano, que no son todos, pero la mayoría no demostró el nivel que sus antecedentes prometían. Y, cuando el futbolista esté convencido que la liga boliviana no es el máximo escalón y que la selección boliviana necesita jugadores de jerarquía internacional, que necesita entrenar 24 horas al día y 7 días a la semana para convertirse en un jugador de exportación y desarrollar una carrera brillante en una liga importante. Cuando el dirigente y el empresario dejen de ser protagonistas por cuestiones extra futbolísticas, es cuando empezará a cambiar para bien el fútbol boliviano.