En el último día de competición en el Centro Gimnástico Ariake llegó el momento que todo el mundo esperaba: la reaparición de Biles.
“Lo hice por mí y estoy orgullosa de haber sido capaz de competir una vez más”, dijo Biles a los periodistas, una vez superados aparentemente sus problemas de angustia y participar en la última final olímpica.
“Somos seres humanos, no sólo atracciones, y pasan cosas por detrás de las que la gente no tiene ni idea”, añadió, precisando que también había perdido a su tía hace dos días.
El bronce endulza la dura semana de Biles, desde que la estrella más esperada de estos Juegos se retirara en la final del concurso general por equipos por sus “demonios en la cabeza” que le provocaron falta de confianza para competir.
En esta última jornada de la gimnasia en Tokio-2020 se llevaron los últimos oros la china Guan Chenchen (barra de equilibrio), su compatriota Xou Jingyuan (barras paralelas) y el japonés Daiki Hashimoto (barra fija).
Y, sin sorpresa, el sueco Armand Duplantis se colgó en oro en salto con garrocha con un concurso sin fallo que detuvo en 6,02 m, pero no pudo batir su propia plusmarca (6,16 m), errando en sus tres intentos en 6,19. En esta prueba, el brasileño Thiago Braz, campeón olímpico en Rio-2016, fue tercero.