“Buscaremos soluciones si estamos el año que viene”, deslizó Diego Pablo Simeone todavía sobre el verde de un estadio, el del Cornellá, donde había recibido uno de los mayores palos desde que llegó al banquillo del Atlético. Para más inri, se repitió apenas un año después la debacle ante un Segunda B (en 2020 fue frente a la Cultural Leonesa) en un torneo al que el argentino tiene especial predilección. Aquella victoria del 2013 en la final del Bernabéu fue, junto a LaLiga de un año después, su gran momento en la entidad. Y el punto de inflexión para cambiar la cara del equipo. Pero eso es pasado y ahora se trata de hablar del futuro del argentino. Un futuro que, pese a la frase que encabeza este artículo, pasa por seguir ligado al Atlético incluso más allá de 2022, año en el que finaliza el vínculo actual. Eso sí, como adelantó MARCA hace semanas, ya se están poniendo las bases para alargar un par de años más el lazo que une al argentino con el conjunto del Metropolitano. Algo que no ha variado ni un ápice pese a que en el Atlético, tanto en el club como en el vestuario, reconocen que el de Cornellá es uno de los palos más duros de los últimos años. Un palo inesperado por el rival y por el momento de un Atlético que vivía instalado en la felicidad que da mirar a todos lo rivales desde lo más alto de la tabla. De ahí que, pasado el calentón, El Cholo matizara las palabras sobre el verde para aclarar que en el futuro todo puede pasar. Algo que ha repetido hasta la saciedad, pero que no tiene que ver con dudas sobre el proyecto. La frase de Simeone, más allá del momento de desolación, también tiene su explicación en algo que Simeone sabe manejar como pocos. Las críticas, siempre para él. No le importa al Cholo, líder indiscutible de este equipo y del vestuario, asumir la miradas incluso en los malos momentos. El objetivo, descargar a los jugadores (protagonistas de lo bueno y lo malo) de uno de los peores partidos desde que llegó El Cholo para cambiar la historia de una entidad que, pese al duro palo, sigue contando con el argentino a largo plazo. Algo que tampoco duda el protagonista de esta historia.