«La decisión del régimen ruso de movilizar parcialmente a sus ciudadanos fue un intento desesperado de aplastar a los valientes ucranianos que defienden su territorio», pero falló, dijo el ministro británico de Asuntos Exteriores, James Cleverly.
Las sanciones, enfatizó Cleverly, están dirigidas hacia aquellos que al hacer cumplir de manera obligatoria este servicio militar, enviaron a miles de rusos a luchar en la guerra ilegal y abominable del presidente Vladimir Putin.
Además del vice primer ministro Manturov, también fue sancionado con la congelación de sus activos y con la prohibición de viajar a territorio británico el director de los servicios penitenciarios rusos, Arkadi Gostev, por facilitar el reclutamiento de reclusos como mercenarios por parte del Grupo Wagner.
Arkadi y Dimitri Bezrukikh, responsable de prisiones de la región de Rostov– fue responsabilizados de haber trabajado en estrecha colaboración con el oligarca y jefe del Grupo Wagener, Yevgeni Prigozhin, para llenar las filas esta banda de mercenarios que apoya al Ejército de Rusia en Ucrania.
«Han reclutado a criminales, incluidos asesinos y delincuentes sexuales, a cambio de indultos del presidente Putin», denunció el Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido.
Junto a ellos otros diez gobernadores y jefes regionales fueron sancionados, como los de Daguestán, Ingusetia y Kalmulkia, algunas de las repúblicas étnicas más pobres que se convirtieron en auténticos centros de reclutamiento.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania hace ahora nueve meses, el Gobierno británico sancionó a más de 1.200 personas y aproximadamente 120 entidades relacionados con el Kremlin y el presidente Putin.
Reino Unido celebró que la ayuda militar enviada a Ucrania, valorada en unos 2.300 millones de libras esterlinas (2.600 millones de euros), así como las sanciones, ayudaron a minimizar el impacto de la maquinaria de guerra rusa, que habría tenido que recurrir a armamento y equipos obsoletos de la etapa soviética. (Europa Press)