En el Puskás Aréna, Portugal y Francia revivieron la final de 2016 en un choque que comenzó con el gol de Cristiano Ronaldo que dejó indefenso al último campeón del mundo. Un claro penal de Hugo Lloris sobre Danilo Pereira le dio la posibilidad al astro de la Juventus de abrir el marcador y encaminar su pasaje hacia la siguiente instancia.
Los festejos en Budapest se mezclaron con lo que sucedía en el Allianz Arena, dado que Adam Szalai sorprendió a propios y extraños con su grito que le daba la victoria parcial de Hungría sobre Alemania. Como había ocurrido en la Copa del Mundo que organizó Rusia, el combinado liderado por Joachim Löw no lograba superar la etapa inicial.
Como si se tratara de un ajuste de cuentas, el grosero error de Antonio Mateu Lahoz sancionó una falta inexistente dentro del área lusitana por una supuesta infracción de Semedo sobre Mbappe, que Benzema transformó en gol. Casi sin merecerlo, los de Didier Deschamps se fueron al descanso con el sabor del empate.
En el complemento el pleito se reanudó con suspenso. Otro gol de la estrella del Real Madrid debió ser revisado por el VAR y la tecnología confirmó la conquista de Le Bleu para que revierta el marcador y cargue de temor a la posible eliminación portuguesa. Un tanto que se gritó con tonada alemana.
En el partido de los penales, los de Fernando Santos volvieron a marcar desde los doce pasos gracias a la enorme jerarquía de Cristiano Ronaldo. Una mano indiscutible de Jules Kounde dentro del área le dio la posibilidad a CR7 de festejar el tanto con el que además batió el récord como máximo artillero de todas las selecciones de la historia.
Como el encuentro entre alemanes y húngaros terminó antes, los protagonistas firmaron un armisticio para no dañarse y continuar su camino hacia los octavos de final. El 2 a 2 que se dio en Budapest y en Múnich concretó una noche sin sorpresas. A pesar del gran trabajo de Hungría, los que seguirán en el certamen serán Francia, Portugal y Alemania. (Infobae)