Pero hay una buena noticia: tras catorce días de aislamiento ligado al covid-19, los jugadores van a reencontrarse con el público, ya que los organizadores anunciaron querer dejar entrar entre 25.000 y 30.000 espectadores por día en el recinto de Melbourne Park. “Me siento como en casa, y particularmente en la Rod Laver”, declaró esta semana Novak Djokovic sobre sus sensaciones antes del torneo, advirtiendo que está bien preparado. El número uno del mundo será el hombre a batir. Pero si es incontestable en el juego, es contestado en su actitud. Descalificado en el último US Open por haber alcanzado, aunque involuntariamente, a una juez de línea con una bola, de nuevo atrajo las críticas en la cuarentena impuesta a los jugadores a su llegada a Melbourne.
Aislado en condiciones VIP en Adelaida, intentó obtener una mejora de las condiciones de la cuarentena de sus colegas confinados en Melbourne. Pero estas propuestas (sobre todo la petición de casas dotadas de pistas de tenis y comidas de mejor calidad), no tuvieron el impacto esperado, más bien al contrario.
Con una firme negativa le respondió el primer ministro del Estado de Victoria, y los tenistas no le aplaudieron tampoco. Nick Kyrgios calificó a Djokovic de “cretino” y Stan Wawrinka ironizó sobre las propuestas hechas “¿desde Adelaida? Ahhahah”. El sorteo fue duro para Djokovic. Antes de acceder a una eventual final contra Nadal, que buscará el récord masculino de 21 títulos del Grand Slam, y en ausencia de Roger Federer, el serbio deberá batallar duro desde octavos. De este modo, podrían cruzarse en su camino Stan Wawrinka (18º) o Milos Raonic (15º), Alexander Zverev (7º) y Dominic Thiem (3º), al que derrotó el año pasado en la final, y que después ganó en confianza con su primer título grande, el US Open. Nadal, que se está físicamente recuperando (renunció a jugar la ATP Cup esta semana por molestias en la espalda y no ha jugado en competición desde su semifinal del Masters en noviembre), parece tener un recorrido un poco más despejado hasta cuartos, donde le esperaría Stefanos Tsitsipas (6º) y después Daniil Medvedev (4º). Este último, igual que su compatriota Andrey Rublev (8º), confirmaron durante la ATP Cup su espectacular final de temporada 2020, llevando a Rusia a la final.