Sólo hasta el gol de Damsgaard, claro, cuando empezaron a entrarle las prisas. Hasta entonces, Rusia no mostró una cara demasiado convincente. Dinamarca dominó siempre con balón. Delaney y Hojbjerg le ganaron la partida a Ozdoev y Zobnin descaradamente. Estos dos últimos dependían demasiado de Miranchuk y Golovin para generar algo de peligro. Fue el del Monaco el que tuvo la mejor jugada rusa de la primera parte, llegando a pisar área y poniendo en serios apuros a Schmeichel.
Para este partido, Cherchésov repitió el mismo once que ganó a Finlandia pero con la entrada de Kudryashev, lesionado hasta el momento, por Barinov, que no estuvo nada acertado la pasada jornada intentando sacar el balón jugado. Dinamarca, en cambio, no tocó nada de su gran partido frente a Bélgica. Poulsen, Braithwaite y Damsgaard se repartieron el frente de ataque y fue el más joven el que lució su talento para adelantar a su país. Siendo Damsgaard el menos delantero de los tres, se plantó en la frontal del área y la colocó perfecta en la escuadra izquierda de Safonov. Por la repetición parece que podría haber hecho más, pero lo cierto es que el balón fue con muchísima altura.
El gol cambió el marcador pero también los ánimos de Dinamarca, que mejoró aún más su juego hasta que pudo ampliar la diferencia de la mano de Poulsen. O mejor dicho, de Zobnin, porque el mediocentro de Rusia le regaló el gol en un pase atrás desacertadísimo. Poco después hubo un minuto loco para los nervios daneses. Mientras la grada celebraba el no gol (fue anulado después por el VAR) de Bélgica, Turpin pitaba un penalti más que discutible en contra.
Dzyuba marcó, pero fue sólo un espejismo. Rusia ya volcada al ataque para intentar la remontada recibió dos goles en apenas tres minutos. La desorganización de la defensa, el punto débil de la selección de Cherchésov durante todo el torneo, no fue capaz de parar a una Dinamarca impecable.
Este resultado deja a Dinamarca clasificada como segunda, quedando emparejada con Gales en los octavos de final. Por otra parte, Suiza celebró la victoria como el que más desde el hotel de concentración, ya que queda matemáticamente clasificada como una de las mejores terceras.