Posteriormente se indicó que el informe del Comité de los Derechos del Niño, este pasado junio, también confirmó que decenas de niñas y niños siguen condenados a durísimas penas por ejercer su libertad de manifestación y asociación acusándolos de sedición, entre otras barbaridades.
“La falta del debido proceso y la defensa efectiva facilitaron una represión generalizada sobre la población, que huye víctima de la represión y la falta de perspectivas a tiempo que el endurecimiento del actual Código Penal criminaliza un abanico interminable de motivos de persecución para el ejercicio de cualquier derecho fundamental protegido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, resaltó la ONG.
Prisoners Defenders enumeró los amplios patrones de licencia para la represión del régimen. En primer lugar, mencionó la ausencia de tutela judicial para la privación cautelar de la libertad, como ampara la Ley del Proceso Penal en Cuba que, en una burla de definición procesal normativa, denomina Instructor Penal a un policía de la Seguridad del Estado, pudiendo éste mantener en prisión provisional al reo hasta el dictamen del fiscal sin que en caso alguno sea preceptiva intervención judicial alguna.
En segundo orden, hizo hincapié en la inexistencia de abogados defensores independientes en Cuba que, siendo todos por definición normativa dependientes orgánica, jerárquica y económicamente del Estado, se suman a la labor de la fiscalía y actúan como fiscales blandos en los procesos de persecución política.
La ONG también denunció la dependencia orgánica absoluta de la jerarquía y los jueces del sistema penal respecto del poder político y los procesos penales en los que todas acusaciones, sin excepción, se sustentan únicamente con testigos dependientes del partido comunista y que son articuladas con el fraudulento uso pruebas periciales permitidas únicamente al Ministerio de Interior, parte acusadora, que derivan en condenas basadas exclusivamente, por ejemplo, en la supuesta interpretación del olfato de animales (canes), sin que en ningún caso se permitan siquiera pruebas periciales alternativas a los acusados.
En otro ítem, el reporte expuso los procesos penales donde se criminalizan gravemente y persiguen sistemática y abiertamente un abanico interminable de derechos fundamentales, desde la libertad de expresión, manifestación o asociación, hasta la salida o entrada del país, la privacidad y otros muchos derechos que hacen imposible el normal desarrollo de la sociedad y un estado justificado de psicosis y pánico permanente de sus ciudadanos.
Prisoners Defenders destacó el uso de tipos delictivos del Código Penal que, por su naturaleza, amplitud, severidad e indeterminación normativa, permiten la criminalización sin límites de cualquier conducta que el régimen desee penalizar y el uso generalizado de procedimientos penales sumarios y abreviados violatorios, hasta el punto de amparar en su definición la ausencia de defensa, el derecho a la contradicción o la mera comunicación de la acusación a las víctimas.
“Con todas estas características procesales, además de los 11 mil condenados actuales con penas de 1 a 4 años por peligrosidad social predelictiva, es decir, sin delito alguno cometido ni en grado de tentativa, en un mecanismo de prevención de una supuesta proclividad a cometer delitos en el futuro, con cierre de datos a fecha 31 de enero de 2023, la lista de prisioneros políticos en Cuba contiene un total de 1.077 prisioneros políticos y de conciencia sufriendo condenas judiciales o disposiciones de limitación de libertad por parte de las fiscalías sin supervisión judicial alguna ni defensa jurídica, en flagrante violación de la ley internacional que ampara el debido proceso y la defensa efectiva, que cada mes hacemos pública y distribuimos en todos los ámbitos políticos, diplomáticos y de defensa de los derechos humanos. Sólo en los últimos 12 meses hemos confirmado y añadido a nuestra lista 388 nuevos prisioneros políticos nuevos”, subrayó la ONG.
Respecto al último mes, denunció que ingresaron a la lista 37 casos de prisioneros políticos, fundamentalmente en las protestas que tienen lugar a lo largo y ancho de todo el país, pero también por la persecución de sus opiniones en redes sociales, posiciones desafectas de la mal llamada revolución y defensa de los derechos humanos ante el régimen criminal de La Habana.
La clasificación actual de los 1.077 prisioneros políticos en Cuba, siguiendo a la mencionada ONG, es la siguiente: existen 783 convictos de conciencia, 263 condenados de conciencia y 31 casos de otros presos políticos. (Infobae)