Armin Franulic Koernig dejó una huella indeleble en el automovilismo nacional, no solo por su gran capacidad para ganar carreras sino por su don de gente, además de su carisma inigualable. Su muerte ha sido un duro golpe para el deporte tuerca. La gente que lo ama y lo quiere llora su partida, pero detrás de él deja un legado de responsabilidad, sacrificio y humildad. El gran multicampeón nacional era todo un caballero por encima de las cosas y era también, para muchos, un corredor de otro planeta. En una entrevista que le hizo el periodista Marco Quispe, en agosto de 2019, una de las últimas realizadas a esta figura deportiva, Franulic contó detalles de su trayectoria deportiva que la construyó con letras de oro para quedar por siempre en la eternidad.
EL INICIO
Armin Franulic nació el 8 de septiembre de 1943 en la ciudad de La Paz. Aparte de ser un gran piloto de autos fue empresario (exportador de café). En sus inicios, a sus 33 años, participó en una prueba automovilística que al final cambió el rumbo de su vida. Todo esto surgió en 1976 cuando Franulic decidió competir por primera vez eligiendo como primer reto el Gran Premio de ese año.
“Le prometí a mi mujer que iba a ser la única carrera en la que participaría. Era una promesa que no pensaba romper”, dijo el deportista que corrió con el número 71 entre 74 competidores, y que eligió ser parte de la categoría Fuerza Libre, en la que corrió con un auto Torino.
Esa primera experiencia para el gran piloto no le fue de las mejores. Terminó abandonando la carrera por problemas mecánicos, pero en ese momento recordó que “me picó el bicho de las tuercas para seguir corriendo y corriendo”, y así lo hizo meses después para construir su historia inolvidable.
En su segunda experiencia participó en la Doble Copacabana, la cual llegó a ganar en una etapa a Óscar Crespo, el recordado corredor chuquisaqueño que falleció en 2018.
Franulic rememoró que al final Crespo le dijo: “Me ganaste por el tamaño de una mesa”. Pese a ese gran inicio no pudo seguir corriendo por un problema técnico. La tercera participación fue la determinante para el paceño. En 1977, en una competencia en Karachipampa, Potosí, cuando el lungo piloto paceño tuvo fe, aceleró a fondo y ganó la prueba. Franulic dijo emocionado que “para mí fue el inicio de mi carrera. Fue una satisfacción grande haber corrido y ganado por primera vez”, recordó.
Tras esa gran participación, el gran corredor no paró de acumular trofeos a lo largo de su carrera deportiva. Ganó ocho títulos nacionales (1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1992, 1995 y 2007). Obtuvo cinco Gran Premio Nacional (1989, 1992, 1998, 1999, 2007), e incluso llegó a afirmar que de las 183 carreras en su trayectoria, ganó 123 en más de 30 años de actividad deportiva para convertirse en una leyenda del volante.
DATOS
* Armin Franulic fue corredor de automovilismo durante más de 30 años.
* En toda su carrera logró ocho títulos nacionales (1984, 1985, 1986, 1987, 1988, 1992,
1995 y 2007).
* Consiguió cinco Grandes Premios(1989, 1992, 1998, 1999, 2007)
* Nació el 8 de septiembre de 1943 en La Paz.
* Es uno de los máximos exponentes del automovilismo deportivo, sino el de mayor carisma.
SANGRE DE CORREDOR
“Cuando mis autos eran nuevos, les sobaba y les decía: ‘No sabes lo que te espera’, porque a mí me gustaba correr por terrenos complicados. Después ya cuidaba mi coche porque hay que tratarlos bien, lavarlos y tenerlos impecables”, así mencionó Franulic al hablar sobre sus autos y la previa que hacía antes de competir en alguna carrera.
El múltiple campeón nacional contó que sus títulos nacionales ganados tienen alrededor de 5.000 kilómetros recorridos cada uno. Fue un apasionado de la adrenalina e incluso se inclinaba ante todo por competir en superficies de tierra debido a que, según dijo, “correr en asfalto no tiene la emoción que ir en una superficie de tierra”.
Franulic en otra de sus facetas fue dirigente de la Asociación de Automovilismo de La Paz durante tres temporadas. Según contó la última vez siguió inmiscuido en esta vida dirigencial.
EL “SEXY CAMPEÓN” CONOCEDOR DE BOLIVIA
‘El sexy campeón’, así también era conocido en el mundo del automovilismo, según contó al periodista medio en serio y medio en broma, dejando establecido su gran sentido del humor. El piloto fue un conocedor de toda Bolivia y un amante de las carreras de antaño que siempre estuvieron en su mente que, según indicó, eran más sacrificadas y largas que las de hoy.
“Era más sacrificado, y, a veces dormíamos en hamacas o en el suelo en esas pruebas”, dijo el deportista. Antes el Gran Premio duraba 12 días, el Circuito Óscar Crespo tenía 10 vueltas a la ciudad de Sucre, la Integración del Oriente era de ocho días… esas carreras largas marcaron una época muy esforzada”, contó.
Franulic era conocido por siempre encender un cigarro tras una jornada dura de competencia. En 2009, sin saberlo, se subió por última vez a un auto de carrera y compitió con rivales como Marco Bulacia (uno de los mayores referentes del automovilismo en la actualidad, al igual que su hijo). Al final no pudo terminar la competencia por un accidente.
“Gané una etapa, pero el auto fue rodando. Esa fue mi última carrera. En la segunda etapa nos quedamos. Nunca se me pasó por la mente que sería mi última prueba, aunque yo quería seguir compitiendo”, narró con tristeza el corredor, en ese entonces.
UN AVE FÉNIX
Franulic no solo participó a nivel nacional, sino también su apellido llegó a trascender fuera del país. Participó en al menos cinco competencias internacionales. Dos rallys mundiales, en 1992 y 1993, fue subcampeón sudamericano (Codasur) en 1990 en Uruguay y corrió en Perú en 1980, en este último sufrió un duro accidente.
Franulic corría en la ciudad peruana de Tacna y faltaban menos de cinco kilómetros para llegar a la meta; sin embargo, cuando su auto entró de un terreno de tierra a asfalto perdió el control de su motorizado y chocó contra una casa que estaba construida a base de barro.
“No recuerdo nada. Me contaron que el auto empezó a incendiarse y que no me podían sacar porque las puertas no se abrían. Apagaron el fuego con un extinguidor y me llevaron a una clínica cercana para después trasladarme en un avión a Bolivia”, relató triste ‘El Paceñísimo’ o ‘Armincho’, como también le llamaban sus grandes amigos.
Al día siguiente, el corredor amaneció en La Paz con el cuerpo herido. “El vehículo estaba hecho trizas”, mencionó. Esta competencia marcó a Franulic que, pese a todo, no paró de competir. “Me contaron que una vez que te accidentas o caes, tienes que volver a subirte a un auto y así lo hice”.
El múltiple campeón tuvo tres hijos con su esposa Mercedes Davalillo: Mauricio, Pablo
y Patricio. Armincho, como también le decían sus amigos, le dedicó íntegramente más de 30 al automovilismo. “Si pudiera subirme a un auto, lo haría, pero ya no puedo”, dijo en ese entonces.
Cada vez que hablaba sobre su pasión por los autos no paraba de emocionarse hasta las lágrimas y recordar todas las rutas que tienen grabadas sus huellas. Armin Franulic corrió por toda Bolivia para transformarse en una leyenda tuerca, en un corredor como pocos, un corredor de otro planeta.