«Era una etapa complicada para abrir, con muchos cambios de dirección. Íbamos bastante bien para ir abriendo, pero a 140 kilómetros del final hemos roto un palier y hemos tenido que bajar el ritmo», explicaba el madrileño en meta.
El madrileño parece haber reaccionado con casta al castigo del primer día y después de descolgarse con una gran etapa ayer (la primera victoria de Audi con su primer coche híbrido en el Dakar) hoy quería repetir, incluso con el handicap, casi insalvable, de abrir pista.
Y pintaba que iba a conseguirlo porque Sainz dominó la prueba a partir del kilómetro 314. A falta de 60 kilómetros para el final seguía marcando los mejores cronos, pero se desinfló al final hasta ceder 1:08 sobre el ganador de la etapa.
EL GANADOR
El triunfo de etapa en este cuarto día de Dakar (Al Qaisumah-Riyadh, de 465 kilómetros) había caído inicialmente del lado del ídolo local, Yazeed Al-Rajhi, pero una penalización de dos minutos por exceso de velocidad le ha dado finalmente el triunfo a Nasser Al-Attiyah.
Un triunfo que no quería conseguir… y que le pone en problemas de cara a mañana, en una etapa en la que en una parte del recorrido las motos y los coches rodarán separados. El catarí había jugado sus cartas estratégicas para evitarlo, como explicaba al término de la jornada: «Hemos preferido coger un buen ritmo sin tomar riesgos. El final de etapa era complicado de navegación, terminar segundo este día es positivo, era el plan: no abrir pista mañana porque no tendremos las trazas de las motos». Sus declaraciones después de conocer la sanción serán, a buen seguro, muy distintas…. (MARCA)