Ballivián es una de las grandes figuras que juega en el torneo de la Asociación Femenina de Fútbol de La Paz (AFFLP). Tras haber lucido los colores del club Wilstermann, donde también juega su hermano Ramiro, la delantera busca ahora levantar el máximo trofeo paceño con la Academia.
INICIOS
Pamela Ballivián nació el 14 de junio de 1996 en Coripata, Yungas (a 60 kilómetros de la ciudad de La Paz). Desde temprana edad, siete años, decidió dejar de lado las muñecas y prefirió tener a su lado un balón de fútbol. La deportista cuenta que se daban modos para poder jugar en una cancha.
“Recuerdo que con mis primos y amigos rayábamos nuestra propia cancha con pintura afuera de mi casa para poder jugar fútbol. Lamentablemente antes no había muchas canchas como ahora las hay”, dice la futbolista que rememora que siempre sacaba el balón para jugar en las calles desiertas de Coripata.
Cada vez que se habla de los Yungas y Coripata es inevitable no mencionar a los hermanos y exfutbolistas Ramiro (1966-1997) e Iván Castillo. Ballivián se formó bajo la escuelita Hermanos Castillo donde Iván vio en ella un gran potencial en esta disciplina deportiva.
“Yo salí de la escuelita de fútbol Hermanos Castillo. Ellos han sido parte de mi formación. Siempre hablo con el profesor Iván (Castillo). Él me dice que yo puedo dar más y que nunca debo dejar de ser humilde. Creo que tengo un poco de Ballivián y un poco de Castillo”, sostiene la futbolista de 24 años de edad.
“MI ÍDOLO ES MI HERMANO”
El apoyo familiar fue fundamental para Pamela Ballivián. Pues ella, que es la menor de su familia, tiene como referente a su hermano, Ramiro, que juega en Wilstermann. La yungueña indica que decidió también tomar este camino deportivo inspirada en su hermano mayor.
“Algo que me impulsó a ser futbolista fue cuando veía a mi hermano ir a entrenar. Recuerdo que me llamó la atención ver llegar a Ramiro (a su casa) tras un partido sucio y lleno de barro. Eso me llamó la atención”, expone con una risa de por medio la delantera de Bolívar.
Ella es admiradora del astro portugués Cristiano Ronaldo. Sin embargo, su máximo ídolo y modelo a seguir es su hermano Ramiro: “Mi jugador favorito es mi hermano porque él es muy disciplinado incluso más que mí. El esfuerzo y la disciplina que tiene lo que hace por ayudar a su familia. Mi hermano es mi ídolo”, dice la yungueña.
UN DURO MOMENTO
La coripateña también llegó a jugar en el equipo femenino del rojo valluno entre el 2020 e inicios de 2021. Ballivián cuenta que fue un sueño cumplido ser parte del Aviador, pero, según indica, no la pasó muy bien e incluso vio miramientos solo por estar en el mismo club que su hermano.
“Creí que estar en el mismo equipo de tu hermano (Wilstermann) iba a ser diferente, pero no fue así. Algunos pensaban que porque Ramiro es mi hermano él me ayudaría en lo futbolístico, pero no fue así él no se mete en este terreno. Creo que hubo camarilla, pero eso me enseñó y me dio más fuerza para seguir adelante”, confiesa con pesar la goleadora. Tras su paso por el cuadro rojo Ballivián llegó a Bolívar (a finales del mes de mayo de esta gestión) donde antes ya había estado. El entrenador del equipo femenino de la Academia, Darko Prada, quien ya la conocía, ordenó su retorno.
“Para mí vestir la camiseta de Bolívar es un orgullo porque es el equipo más grande de Bolivia. Aún no logramos nada en el fútbol femenino, pero quiero ser parte de su historia. Es uno de mis sueños y yo creo que lo lograré con Bolívar”, refiere Ballivián. A dos fechas de la conclusión del torneo de la (AFFLP), la Academia se encuentra en el tercer lugar en la tabla de posiciones con 32 unidades a dos del líder ABB y a uno del segundo The Strongest. Mañana la Academia se medirá ante el Tigre en el clásico paceño femenino en choque a jugarse desde las 15.00 en el estadio Municipal, de Villa Ingenio (El Alto). Pamela Ballivián afirma que este lance es vital para ser campeonas de este certamen.
“Nuestro objetivo de este fin de semana es ganar el clásico. Ese paso nos puede llevar al título. Espero que este partido sea nuestro y ojalá que Dios nos bendiga con una victoria más”, indica la futbolista que es una de las goleadoras de su equipo y que luce la número 9.
NO SE VE FUERA DEL FÚTBOL
Ella no ve su vida sin el fútbol. “No me veo nunca (trabajando) en una oficina”. Para Pamela Ballivián el fútbol lo es todo. “El fútbol para mi es como el aire que respiro y que tengo que sentirlo día a día. Es una forma de vivir”, menciona.
La coripateña se levanta muy temprano para poder entrenar con el objetivo de también ser parte también de la historia de grandes futbolistas yungueños que brillaron dentro y fuera del país. “Mi objetivo es llegar a la Selección boliviana y marcar muchos goles. Con la ayuda y bendición de Dios todo se puede”, finaliza la coripateña. La niña que cambió las muñecas, por la pelota de fútbol, ahora quiere romper las redes con sus goles.
FIGURA DEL CELESTE
La delantera es una de las referentes de ataque de la Academia en el torneo femenino donde su club es uno de los animadores. Tiene ya experiencia, por su recorrrido anterior en Jorge Wilstermann.