Ronald Raldes fue recibido con un fuerte apretón de manos y abrazos de parte de sus compañeros. Le pidieron un bailecito como en su momento lo hicieron con Gastón Sirino, pero el experimentado central se excusó y al final no lo hizo; de todos modos, hubo alegría y en Bolívar, el central cruceño se gana un lugar.
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