El Real Madrid evitó el k.o. en el estadio de La Cerámica, donde llegó a ir perdiendo ante el Villarreal por 2-0, pero no se rindió, echó mano de la fe y de su versión más creativa con Isco Alarcón, remontó para vencer por 2-3 y mantener el liderato que, en caso contrario, hubiera pasado al Barcelona, que había vencido al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón (1-2).
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