El Real Madrid se proclamó en la decimonovena jornada campeón de invierno, gracias a su reencuentro con el triunfo ante el Málaga (2-1) en un encuentro que no despejó las dudas que le invaden, que extendió su plaga de lesiones y que aumentó la crispación de una afición a la que piden el apoyo. Salió sin brillantez el Real Madrid de su bache de resultados, agarrándose de nuevo con fuerza a la figura salvadora de Sergio Ramos, autor de los dos tantos que parecían devolver la calma en el madridismo antes de que los jugadores de Zinedine Zidane levantasen el pie del acelerador pensando en la remontada que buscarán en Copa del Rey y que estuvo a punto de costarles caro si no es por una intervención de Keylor Navas.
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