El primer Ministro de Ontario, Doug Ford, anunció ayer que prohibirá a las empresas estadounidenses optar a contratos públicos ofertados por el Gobierno provincial de ahora en adelante y hasta que los aranceles impuestos a Canadá por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se eliminen.
«Cada año, el Gobierno de Ontario (…) destina 30.000 millones de dólares (20.005 millones de euros) a contratación, eso obviando el plan por 200.000 millones de dólares (136.366 millones de euros) para desarrollar Ontario. Las empresas con sede en Estados Unidos perderán ahora decenas de miles de millones de dólares en nuevos ingresos», aseguró Ford. «Solo podrán culpar al presidente Trump», sostuvo.
Según comunicó en la red social X, antigua Twitter, esta medida se tomó en represalia por las tarifas con las que la Casa Blanca quiere gravar las importaciones canadienses, que serán de un 25% a nivel general y del 10% para los productos energéticos.
Asimismo, el líder regional avisó de que romperán el acuerdo suscrito con la proveedora de internet propiedad de Elon Musk, Starlink, tras afirmar que «no harán negocios con gente dispuesta a destruir nuestra economía».
Según “Bloomberg”, el valor de dicho contrato ascendía a casi 100 millones de dólares canadienses (66,7 millones de euros).
De su lado, Ford informó también de que la Junta de Control de Licores de Ontario (Lcbo), único mayorista autorizado en la provincia para comercializar alcohol, retirará todos los productos estadounidenses de sus lineales y de sus catálogos para impedir que los establecimientos hosteleros o minoristas puedan ofertarlos.
El político afirmó que la Lcbo vende 1.000 millones de dólares canadienses (666,8 millones de euros) en bebidas espirituosas importadas de su vecino del sur.(EP)