“Las oficinas del PSG han sido atravesadas por un ambiente abrasador en las últimas horas. Con discusiones muy discretas que reflejan un clima pesado”, describió L’Equipe el impacto. La determinación se dio horas después de que, ante la pregunta de un aficionado, Florentino Pérez respondiera con un enigmático. “¿Vas a fichar a Mbappé?“, fue la consulta. “Sí, sí, pero este año no…”. ¿Por qué no fue tajante? ¿Tenía alguna presunción o dato sobre el paso que iba a dar el delantero campeón del mundo con Francia en 2018?.
Ante esta jugada inquietante, en el Viejo Continente aseguran que el París se pondrá firme: esta vez, o Mbappé prorroga este verano, o será vendido, para evitar una novela desgastante y de largo aliento como se dio un año atrás. En la gala en la que fue elegido mejor jugador de la Ligue 1, Kiki no había sido muy enfático al hablar de su porvenir: “Todavía tengo un año de contrato, todavía estaré allí la temporada que viene”. Es decir, no habló del vínculo completo. Allí ya había dejado una señal.
En favor del atacante, su entorno alegó reiteradas veces que el club incumplió varias promesas que le habían hecho antes de renovar. Por ejemplo, que le iban a armar un plantel con él como faro (finalmente, Neymar continuó, por lo que se generaron roces) y la política de contrataciones del nuevo director deportivo, Luis Campos, falló. Hoy, el entrenador Christophe Galtier sabe que no continuará, todo indica que Julian Nagelsmann será su reemplazante, en el contexto de lo que percibió el círculo íntimo de Messi cuando se sentó a renovar: no existe un proyecto claro.
También existieron chispazos vinculados a la utilización de su imagen. En abril, una campaña publicitaria provocó la fueria del ex Mónaco. “Acabo de ver la campaña de reabono del club para la temporada 2023/24. En ningún momento se me informó del contenido de la misma con mi interlocutor. Parecía cuando hice una entrevista básica en una jornada de marketing del club. No estoy de acuerdo con este video publicado”, manifestó Mbappé en sus redes sociales.
“Por eso lucho por los derechos de imagen individuales. El PSG es un gran club y una gran familia, pero definitivamente no es Kylian Saint-Germain”, completó. La institución debió salir a pedir disculpas y aceptar que se trató de un error. Pero la relación había dejado otra cicatriz.
Pues bien, el jugador franquicia del PSG ha señalado la puerta de salida con fecha determinada. Aunque el conflicto puede escalar hasta una despedida anticipada. La cláusula de rescisión asciende a los 400 millones de euros. ¿Podría ser negociada una rebaja? ¿Algún equipo pagaría dicha cifra sabiendo que en seis meses puede dialogar directamente con el jugador, sin intermediarios? ¿Cómo quedará la relación con los ultras, implacables con otras estrellas como Messi o Neymar, si cumple con el año de su vínculo ante la certeza de que será el último? Preguntas que alcanzaron la superficie ante la determinación tomada por Mbappé. (INFOBAE)