La principal ciudad perjudicada por el cierre del mar de Azov es Mariupol, un puerto clave para Ucrania. Se da la circunstancia de que es el punto que los prorrusos no consiguieron alcanzar en 2014 pese a dos intentonas, la segunda en septiembre con una incursión directa y descarada desde la frontera rusa. Kiev no puede descuidar esa plaza: en aquel final de verano parte de los vecinos cavaron trincheras por si venían los separatistas, pero otros esperaban prefiriendo que la ciudad cambiase de manos. Debaltsevo, la última localidad importante que se anexionaron los separatistas (en 2015) era, al igual que Mariupol, un importante nudo de comunicación.
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