Precisamente, para Machín, el tiempo y la paciencia son las claves del buen momento del club catalán: «Poca gente se acuerda de cuando ficharon a Míchel. Tuvo muchas dificultades en segunda, llegando incluso a estar en descenso. Tuvieron el gran acierto de ir a muerte con él». Otro ejemplo de paciencia, dice el míster, fue el de C.A Osasuna con su actual entrenador Jagoba Arrasate.
En este fútbol moderno muchas cosas han cambiado. Para Machín, el deporte se acerca cada vez más al negocio aunque, reconoce el ex entrenador de Sevilla, Espanyol o Elche, que «la esencia se mantiene». Otro de los cambios notables de este ‘nuevo fútbol’ es la confección de las plantillas: «Los entrenadores cada vez tenemos menos peso en la confección del plantel. Lo entendemos porque los clubes son empresas pero somos nosotros los que tenemos que sacar rendimiento de los futbolistas que tú no fichas. Si no funcionan, los focos siempre para el entrenador». Un trabajo, el de míster que también ha cambiado como lo ha hecho el fútbol: «Ahora estamos más en el despacho que en el césped. Pero eso son cosas del calendario, con la cantidad de partidos que hay no se le puede exprimir mucho durante la semana».
Pionero en Girona con ese primer ascenso gerundí a primera de su historia, también lo fue yéndose a entrenar a Arabia Saudí: «Tienen el dinero por bandera pero hay mucha tradición futbolística. Seguirán llamando a jugadores con proyección para que la liga siga subiendo de nivel».
Por último, Pablo Machín habló sobre su última experiencia en un banquillo. Fue en Elche, que acabó bajando a segunda: «Cuando fui allí daban por hecho que estaba muy complicado. Bragarnik quiso poner a un representado suyo de cara al año siguiente. Lo mejor que tiene el club es su afición». (MARCA)